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Guatemaltecos votan por nuevo presidente, muchos esperan renovación democrática
En la última década, Guatemala ha venido descendiendo en el ranking de percepción de corrupción de la ONG Transparencia Internacional hasta alcanzar el año pasado su peor calificación y ubicarse en el puesto 150 de 180 países.
Los guatemaltecos votaban el domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con la esperanza de poder revertir el retroceso democrático de los últimos gobiernos.
Las encuestas pronostican que Bernardo Arévalo, un candidato progresista que se postula con un mensaje anticorrupción, derrotará a la figura del poder establecido y exprimera dama Sandra Torres. Ese resultado podría marcar el comienzo de una nueva era después de acusaciones generalizadas de corrupción y autoritarismo progresivo en los últimos años.
En la última década, Guatemala ha venido descendiendo en el ranking de percepción de corrupción de la ONG Transparencia Internacional hasta alcanzar el año pasado su peor calificación y ubicarse en el puesto 150 de 180 países.
El nuevo presidente de Guatemala asumirá el poder a principios de 2024 mientras la violencia y el alto costo de vida azotan al país, provocando que se haya convertido en el principal expulsor de migrantes centroamericanos a Estados Unidos. La ONU estima que 1.3 millones de guatemaltecos viven en Estados Unidos, más de la mitad de ellos de forma irregular. La cifra es 44% más alta que hace una década.
"Me gustaría que ganara Arévalo porque él no es lo mismo", dijo Verónica Campos, una oficinista de 58 años, luego de depositar su voto en una escuela de Ciudad de Guatemala.
"Estamos en un ciclo repetitivo. Nos hemos equivocado tantas veces creyendo en lo mismo y en lo mismo. Ahora tenemos esta opción, esperemos no equivocarnos", agregó.
Arévalo, un diplomático de carrera de 64 años e hijo del exmandatario Juan José Arévalo (1945-1951), ha cosechado simpatías con sus promesas de erradicar la corrupción, aumentar la cantidad de policías, mejorar la generación de empleo y combatir el cambio climático.
La elección está siendo observada de cerca por la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, luego de que la campaña se viera empañada por los intentos de algunos funcionarios de sacar a Arévalo y a su partido, Movimiento Semilla, de la contienda.
Su sorpresivo segundo puesto en la primera vuelta de junio provocó llamados de los opositores a recuentos que retrasaron los resultados oficiales. Su partido fue suspendido brevemente a pedido de un fiscal antes de que el tribunal supremo del país revocara la prohibición.
El tira y afloja político ha puesto nerviosos a algunos votantes sobre posibles problemas durante el balotaje, que Arévalo ha dicho públicamente que espera.
Sin embargo, el saliente mandatario, Alejandro Giammattei, prometió garantizar una votación pacífica y una transición ordenada del poder.
Pero muchos guatemaltecos siguen escépticos, ya que en los últimos años el Gobierno expulsó a investigadores de una misión contra la impunidad respaldada por la ONU y atacó a jueces y activistas anticorrupción, muchos de los cuales se exiliaron.
El fiscal general que pidió la suspensión de Semilla había sido agregado previamente por el Departamento de Estado estadounidense a su llamada Lista Engel de "actores corruptos y antidemocráticos".
Torres, de 67 años, es fuertemente resistida en la capital -hogar del 30% de los 17 millones de guatemaltecos- pero sus programas sociales como primera dama (2008-2011) durante el gobierno del fallecido Álvaro Colom le granjearon una gran simpatía en el interior del país. En los últimos dos comicios presidenciales, Torres quedó en segundo lugar.
En campaña, Torres ha prometido que, de ganar la presidencia, quitará el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los productos de la canasta básica, dará préstamos a jóvenes emprendedores, bajará las tarifas de luz y reducirá a la mitad los precios de las medicinas.
"Me gustaría que ganara la señora Sandra porque, tal vez, ella cambie el sistema de cómo se ha mantenido este país", sostuvo Óscar Estrada, un jubilado de 70 años tras sufragar.
"Ella ha mostrado que quiere ayudar al pueblo y a la gente pobre (...) ojalá que gane y que cumpla lo que dice", agregó.
El sucesor de Giammattei lidiará con un Congreso fragmentado como el actual, donde ninguna fuerza tiene amplia mayoría.
El presidente electo debería asumir el cargo el 14 de enero, aunque los expertos advirtieron que los meses posteriores a la votación los resultados podrían verse cuestionados.
"Es mucho tiempo para que haya intentos no sólo de cuestionar los resultados, sino también la legalidad del partido ganador", opinó el director de políticas e iniciativas estratégicas de la Fundación Internacional de Seattle, Eric Olson.
Las urnas cerrarán a las 18.00 hora local (0000 GMT del lunes).
rrg