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Irak, en crisis política tras elecciones legislativas
El primer ministro iraquí saliente, Nouri al-Maliki, segundo en las elecciones legislativas del 7 de marzo, acusó al enviado especial de la ONU en Irak, Ad Melkert, de indiferencia ante el fraude electoral.
Bagdad.- El primer ministro iraquí saliente, Nouri al-Maliki, segundo en las elecciones legislativas del 7 de marzo, acusó al enviado especial de la ONU en Irak, Ad Melkert, de indiferencia ante el fraude electoral.
El viernes pasado, al proclamar los resultados oficiales, la Comisión Electoral de Irak anunció que en las elecciones del 7 de marzo, el Bloque Iraquí de Iyad Allawi había obtenido 91 escaños en el parlamento, contra 89 de la Alianza por el Estado de Derecho (AED) de Al-Maliki.
Al-Maliki no reconoció su derrota y sostuvo que los resultados de los comicios "no son definitivos".
No obstante, el enviado especial de la ONU en Irak, Ad Melkert calificó los comicios como "fiables". Consideró que las elecciones fueron un "éxito" y llamó a los diferentes candidatos a "aceptar los resultados".
"De haber estado en el lugar de Melkert ante este tipo de problemas, habría dicho: 'Tienen que hacer todo lo posible para detectar los fraudes'", declaró Al-Maliki a la televisión iraquí
En una primera reacción, el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Philip Crowley, calificó el fin del proceso electoral en Irak de "etapa significativa" para el desarrollo de la democracia en el país.
"No hay ninguna prueba de fraude masivo o serio", aseguró, por su parte, el embajador de Estados Unidos en Bagdad, Christopher Hill.
El Tribunal Supremo debe aprobar los resultados una vez que la Comisión Electoral examine eventuales demandas.
Pero lo que está claro es que el nuevo gobierno tardará semanas en formarse, o incluso meses, ya que el vencedor no dispone de mayoría absoluta y necesita una coalición gubernamental.
Un dictamen de la Corte Suprema, reclamado por Al-Maliki, podría complicar aún más las cosas al considerar que la formación de un gobierno podría confiarse a una alianza de listas que se presentaron de forma independiente pero totalizan el mayor número de escaños.
Si la lista de Al-Maliki logra crear una gran coalición con otras listas, podría ser entonces la encargada de formar gabinete.
Violencia, el fantasma
El Primer Ministro y Allawi, ambos chiítas, aunque el segundo es laico y en su bloque participan también candidatos sunitas, tenían resultados muy similares desde el inicio del recuento.
La lentitud del recuento, debida según la Comisión Electoral a los numerosos niveles de verificación de los resultados, provocó acusaciones de fraude y de manipulaciones en casi todos los partidos en contienda.
Un clima de tensión se ha instalado en el país, donde los partidarios de Al-Maliki multiplicaron en los últimos días las manifestaciones para pedir un nuevo recuento, recurriendo incluso a amenazas veladas de acciones futuras.
El propio Primer Ministro evocó el espectro de la violencia al defender la idea de un nuevo recuento para "impedir una degradación de la seguridad".
La Comisión Electoral rechazó su pedido, considerando que las acusaciones de fraude carecen de fundamento. Indicó empero que podría procederse a otro recuento de las papeletas de ciertos centros de votación, en caso que los partidos políticos presentaran demandas.
Ayer cinco personas murieron cuando varias bombas explotaron cerca de una casa del hermano de un prominente político sunita que participó en las elecciones parlamentarias.
El viernes un doble atentado con explosivos mató al menos a 42 personas murieron y 65 fueron heridas por las explosiones cerca de Baquba, al norte de Bagdad.Irak, en crisis política tras elecciones legislativas.
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