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Geopolítica

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Rebeldes planean nueva era en el país

Los líderes rebeldes afirman que su llegada al poder conducirá a festejos masivos en las calles, preludio de una democracia y no el inicio de una destructiva guerra civil.

Zintán. Durante meses, los rebeldes que luchan por derrocar al líder libio Muammar Gaddafi han estado prediciendo la caída de la capital, Trípoli. Ahora, tras semanas de avances significativos, hablan abiertamente sobre cómo mantener la seguridad si logran deponerlo.

Los líderes rebeldes afirman estar decididos a evitar el tipo de vandalismo y ejecuciones que ocurrieron en Bagdad tras la invasión estadounidense de Irak en el 2003. Convencidos de que la caída de Gaddafi es inevitable, buscan el apoyo de la comunidad militar y de políticos a nivel internacional para que no ocurran desórdenes similares en Trípoli.

Pero, divisiones internas y el reciente asesinato de un comandante militar rebelde a manos de sus rivales suscitan serias dudas de que las fuerzas de oposición puedan mantener un frente unido si la nación petrolera del Mediterráneo llega a quedar bajo su control.

Los avances en días recientes han incluido la toma de la ciudad de Zawiyah, un punto estratégico que une a la capital con la vecina Túnez, así como la carretera a la frontera occidental.

Aunque en el pasado los avances rebeldes con frecuencia se alternaban con serios reveses, las recientes victorias contra fuerzas del gobierno, en frentes de batalla que habían estado indecisos por meses, han renovado el optimismo entre los rebeldes, que predicen la caída de la capital en cosa de semanas o tal vez días.

En discursos difundidos por los medios estatales, Gaddafi advierte a los pobladores de la capital que los rebeldes son criminales afiliados a Al-Qaeda y que su llegada al poder en Trípoli convertiría a Libia en otro Irak. Algunos líderes internacionales han expresado temores de desestabilización en una posible era pos Gaddafi.

Por otra parte, los líderes rebeldes afirman que su llegada al poder conduciría a festejos masivos en las calles, preludio de la democracia y no del inicio de una destructiva guerra civil.

En preparativos para la victoria final, una fuerza rebelde integrada por combatientes de la capital ha estado entrenando durante meses con fuerzas especiales del emirato de Qatar, en el Golfo Pérsico. La estrategia es que se dediquen a proteger sitios estratégicos, infraestructura y lugares históricos en Trípoli y sus alrededores, según los altos mandos. Reconocidas ya por la comunidad internacional, las fuerzas rebeldes también elaboran planes para que, una vez que caiga Gaddafi, el gobierno interino garantice elecciones democráticas -supervisadas por la ONU-en un plazo máximo de ocho meses.

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