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Secuelas, difíciles de cuantificar
Aunque el gobierno de Obama se comprometió a seguir enfocado en la costa del Golfo, castigando a BP por el peor derrame de la historia y limpiando lo que queda del desastre, las promesas han sido poco efectivas para aliviar los temores de la población de que en poco tiempo el gobierno se olvidará de la gente.
Nueva Orleans. Aunque el gobierno de Obama se comprometió a seguir enfocado en la costa del Golfo, castigando a BP por el peor derrame de la historia y limpiando lo que queda del desastre, las promesas han sido poco efectivas para aliviar los temores de la población de que en poco tiempo el gobierno se olvidará de la gente.
El hecho es que, conforme se desvanece la gigantesca mancha de aceite y se concluye el sellado permanente del pozo, el empleo se ha secado, las demandas por daños son cada vez más difíciles de ganar y los masivos esfuerzos de limpieza, que ayudaron a sustituir la tradicional forma de vida con cheques de compensación de BP, serán desmantelados en el corto plazo.
Los pobladores, lo mismo pescadores que proveedores de servicios turísticos, temen que en muy poco tiempo el resto del país se olvide de ellos y del tremendo impacto del derrame en su forma de ganarse el sustento y que pronto quede olvidada la promesa del presidente Obama de restaurar la belleza y riqueza únicas de la región costera. El temor es que lo único peor del derrame en sí, es su conclusión.
Así que cuando se topan con un funcionario federal, la petición unánime es: Por favor no se vayan todavía .
¿Quién nos va a asegurar que el marisco que pescamos es comestible?, ¿quién pagará por esas consecuencias? , cuestionó Nguyen.
Sin duda, lo más difícil será sustituir la enorme derrama económica de las embarcaciones contratadas para apoyar las labores de limpieza.