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Seguridad Nacional SA: un mundo escondido crece
Los resultados de nuestra investigación revelan lo que equivale a una geografía alterna de Estados Unidos, un país top secret escondido del público y sin una supervisión a fondo.
Washington. El mundo ultrasecreto que el gobierno creó en respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 ha crecido tanto y en forma tan descontrolada que nadie sabe cuánto cuesta, cuántas personas emplea, cuántos programas lo integran ni cuántas dependencias están realizando el mismo trabajo de inteligencia.
Los resultados de nuestra investigación revelan lo que equivale a una geografía alterna de Estados Unidos, un país top secret escondido del público y sin una supervisión a fondo.
Tras nueve años de una escalada sin precedente en gastos y crecimiento, el resultado es que el sistema diseñado para mantener al país seguro es tan masivo que su efectividad es imposible de medir.
Entre otras cosas, se encontró que:
-Unas 1,271 organizaciones gubernamentales y 1,931 empresas privadas trabajan en programas relacionados con antiterrorismo, seguridad interna e inteligencia en más de 10,000 ubicaciones en todo el país, incluyendo una docena de enormes complejos ultrasecretos.
-Se estima que 854,000 personas, 1.5 veces la población de Washington, cuentan con autorización para trabajo ultrasecreto.
-Tan sólo en la zona de Washington y sus alrededores, desde el 11 de septiembre se han construido o están en construcción 33 grandes complejos de edificios para trabajo secreto de inteligencia. En su conjunto, ocupan el equivalente a tres pentágonos o 22 edificios del Capitolio, 1.7 millones de metros cuadrados de espacio.
-Muchas agencias y dependencias de seguridad e inteligencia realizan el mismo trabajo, generando redundancia y desperdicio. Por ejemplo, 51 organizaciones federales y comandos militares que operan en 15 ciudades rastrean los flujos de dinero de las redes terroristas.
-Las multitudes de analistas que evalúan documentos y conversaciones obtenidas por espías comparten sus evaluaciones en 50,000 reportes de inteligencia al año; un caudal tan grande que la mayor parte ni siquiera recibe atención.
En el Departamento de Defensa que alberga dos terceras partes de los programas de inteligencia, sólo un puñado de funcionarios llamados los Súper Usuarios - tiene una vaga idea de la naturaleza de todos los programas. Dos Súper Usuarios reconocieron, en entrevistas secretas, que no hay forma de mantenerse al tanto de los programas.
El general del Ejército John R. Vines, quien tuvo 145,000 tropas bajo su mando en Irak, admitió no conocer ninguna agencia con la autoridad, responsabilidad o procedimiento para poder coordinar todas estas actividades de inteligencia. La complejidad del sistema se resiste a cualquier definición .
La primera parte de esta serie describe el papel del gobierno en la ya gigantesca empresa de seguridad nacional. La segunda describe la dependencia del gobierno en contratistas privados, y la tercera es un perfil de una de las comunidades donde está asentado uno de los grandes complejos secretos.