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Geopolítica

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Lula se desespera: sin dinero para ecología

Vincula la reunión del G20 con la COP29 de Bakú, donde las conversaciones se estancan por falta de compromisos.

Brazil's President Luiz Inacio Lula da Silva looks on during the second session of the G20 Leaders' Meeting in Rio de Janeiro, Brazil, on November 18, 2024. (Photo by Ludovic MARIN / AFP)

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante la segunda sesión del G20.foto: afp LUDOVIC MARIN

Río de Janeiro. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, urgió ayer martes en la cumbre del G20 en Río de Janeiro a alcanzar un acuerdo climático en la COP29 de Bakú, un llamado atravesado por una nueva amenaza nuclear de Rusia.  

El pedido de Lula tiene lugar un día después de que las 20 principales economías del mundo, que representan el 85% del PIB mundial y el 80% de las emisiones, suscribieran la declaración final del encuentro con pocos avances en materia climática.

El texto del G20 no representó un catalizador para las negociaciones de la COP29 de Bakú, que en principio terminarán el viernes y están estancadas en torno a la financiación de la lucha contra la crisis ambiental y la transición de energías fósiles a limpias.

"No podemos dejar para (la COP30 de) Belém la tarea de Bakú", dijo el líder izquierdista antes del cierre de la cumbre.

La próxima COP, que se celebrará en noviembre del 2025 en Belém, en el corazón de la Amazonía brasileña, será la "última oportunidad de evitar una ruptura irreversible en el sistema climático", agregó.

La cumbre se desarrolló en medio de diversas manifestaciones ciudadanas para que las autoridades redoblen sus esfuerzos para salvar el planeta.

Enormes mensajes con llamados a actuar fueron proyectados la noche del lunes en edificios cercanos al Museo de Arte Moderno de Rio, donde se reunieron los mandatarios del G20.

Impuesto a los ricos

"Es hora de que los líderes mundiales, aquí en el G20, den un paso adelante, impongan impuestos a los superricos y gasten ese dinero en la crisis climática y en todas las crisis que enfrenta la humanidad", manifestó Andrew Nazdin, director de Glasgow Equipo de Acciones, que organizó la protesta.

El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, resaltó la dificultad de las negociaciones, que impidieron "una declaración más ambiciosa".

En este sentido, los jefes de Estado escucharon directamente al presidente argentino Javier Milei en la cumbre sus objeciones a los llamados del comunicado compartido a favor de impuestos progresivos, igualdad de género y aceptación de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, según personas en el debate plenario.

Desde el inicio de la cumbre, Milei dejó en claro que no estaba ahí para hacer amigos.

La presidencia brasileña del G20 logró su objetivo de incluir en la declaración final un compromiso de cooperación "para garantizar que los individuos con patrimonio neto ultra alto sean efectivamente tasados", aunque "con total respeto a la soberanía tributaria".

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