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Endurece Banxico postura monetaria para evitar contagios

Contrario a lo que anticipaba el consenso de analistas, la Junta de Gobierno del Banco de México aumentó en +25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 6.75 por ciento.

Contrario a lo que anticipaba el consenso de analistas, la Junta de Gobierno del Banco de México aumentó en +25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 6.75 por ciento. Desde diciembre del 2015, el banco ha incrementado la tasa en nueve ocasiones para un total de +375 puntos base. Tan sólo en lo que va de este año, han sido tres incrementos.

Percibimos un cambio en el tono del comunicado con respecto al de la reunión pasada, pues en ese momento se apreciaba un ligero grado de optimismo ante la apreciación en el tipo de cambio y la ruptura en la racha de aumentos de +50 pb. En este comunicado el tono fue menos optimista.

Consideramos que la medida se toma de manera conservadora y en miras de mantener el más alto grado de precaución, siendo fiel al mandato constitucional del Banxico, que es el de procurar el poder adquisitivo de la moneda.

Esta decisión se distingue de las anteriores, en que ahora hay una preocupación más directa por la evolución de la inflación, mientras que anteriormente el Instituto Central trataba de prevenir una contaminación de las expectativas de inflación, ante las abruptas alzas en el tipo de cambio.

El peso se ha apreciado casi 15% en lo que va del año y ha mostrado un comportamiento relativamente estable en los últimos dos meses. Por lo que en esta ocasión, el tipo de cambio no fue el factor central.

Encontramos dos factores de riesgo que amenazan el objetivo del Banco Central y que seguramente fue lo que los movió a tomar la decisión.

El primero tiene que ver con el último reporte de inflación, pues se posicionó considerablemente por encima del intervalo de variabilidad y, aunque se tiene certidumbre de que muchos de los factores que la propulsaron son transitorios, el riesgo de efectos de segundo orden sigue latente.

El segundo es la alta probabilidad de que la Fed suba tasas en su reunión de junio y la expectativa de que por fin comience a reducir su pesado balance.

La lectura de inflación en abril pudo ser el detonante de la subida, pues la inflación general se posicionó en un nivel anual de 5.82% y la variación mensual superó ampliamente las expectativas del consenso. Pareciera que la cantidad de elementos presionando los precios sigue aumentando, pues ahora no sólo se habló de la depreciación acumulada del tipo de cambio y el aumento en los precios de los energéticos; sino que, además, se incorporaron los incrementos en las tarifas de autotransporte y productos agropecuarios.

Adicionalmente, en el comunicado se hizo hincapié en un mercado laboral más estrecho, lo cual podría implicar alzas prontas en los costos laborales.

El balance de riesgos para el nivel de precios se ha deteriorado, efectos de segundo orden y/o desanclaje de las expectativas son posibilidades.

Con respecto al segundo riesgo, actualmente la probabilidad implícita en los futuros de la Fed, para una subida el próximo mes, es de 94 por ciento.

Por lo que es ya casi un hecho, y el Banxico podría estar actuando de manera anticipada a este suceso. Sin embargo, consideramos que si la Fed sube tasas en junio, el Banco de México volvería a subir +25 puntos base, llevando la tasa objetivo a 7 por ciento.

No descartamos un alza adicional este año por parte de la Fed, movimiento que también creemos sería replicado por parte del Banxico, llevándonos a un nivel de 7.25% hacia cierre del año.

Claramente, todo esto condicionado a la evolución de las principales variables macroeconómicas en EU y la inflación en México.

En el tema del balance de la Fed, no consideramos que sea un riesgo de corto plazo, pues creemos que se haría hasta el próximo año y de manera muy ordenada y paulatina.

No obstante, destacamos que el efecto de esta política es similar al de los incrementos en tasas, pues se reduce la cantidad de dinero en circulación y por ende, aumenta su costo.

El Banco de México tomó una decisión que no era la que esperábamos, pero aplaudimos que se mantenga fiel a su mandato y que actúen de manera anticipada si es que están viendo riesgos significativos.

*Ismael Capistrán es Chief Economist y Martín Hernández es analista del sector financiero y política monetaria en Signum Research.

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