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La geopolítica genera volatilidad; administrar riesgos, lo contrario
Muy, muy buen día, mucho gusto en saludarte, los tiempos cambian rápido y ya estamos en términos agrícolas poniendo atención al ciclo norteamericano, dejemos que Sudamérica termine de cosechar sola y hagamos estruendo de precios con mercados climáticos en el hemisferio norte.
Muy, muy buen día, mucho gusto en saludarte, los tiempos cambian rápido y ya estamos en términos agrícolas poniendo atención al ciclo norteamericano, dejemos que Sudamérica termine de cosechar sola y hagamos estruendo de precios con mercados climáticos en el hemisferio norte. Lógicamente, no son esos estruendos los que más preocupan o los que más pudiesen llegar a mover los precios de los commodities agrícolas y no agrícolas para la ocasión
Lógicamente me imagino que debes entender que el tema geopolítico está en una escalada de tensión seria. La administración de la Casa Blanca encontró en Corea del Norte el perfecto catalizador y el enemigo de película perfecto. Nada más taquillero que ese cartel casi taurino que le permite a su presidente afianzar la rienda de su país.
No es nuevo que un presidente de guerra sea un presidente respaldado en Estados Unidos, no sé si sea por ello que vemos la escalada confrontacional de la Casa Blanca avanzando de manera inversamente proporcional a la caída en la popularidad de quien despacha en la oficina oval. En lo político hay miles de temas al respecto que platicar desde la Casa Blanca, sólo te comento que el yerno mágico de Donald Trump es más plurifuncional que el secretario de Estado más pintado en México, y yo pensaba hasta hace poco que no había funcionario en el planeta más capaz de multi-funciones en cualquier secretaría de Estado o ministerio que un funcionario nivel secretario en México.
Bueno. Pues el señor Kushner masca rieles en comparación con los supersecretarios de Estado en México. Pero para qué te hago la vida pesada con lo dantesco de la Casa Blanca si ya con lo que tenemos que tragar en México es suficiente. El Estado de México está en juego y la administración actual simplemente no puede perder la catedral electoral mexicana. Acto seguido, a tirar la casa por la ventana, ahí va el capital que no tenemos a las elecciones del Estado de México y en ello el patrocinio de un peso mexicano más sólido en tiempos recientes.
¿Qué cambió en México? Nada aún, a menos que las fuerzas del mal desde la Casa Blanca sean dirigidas todas a Corea del Norte. México ha salido del ojo del huracán noticioso y el presidente Trump ya le bajó de calamares a su coctel, no hay duda; sin embargo, eso no implica que el tema de renegociar el TLCAN esté superado: queda abierto y vigente, así como el tema del famoso muro que mucho gusto nos gustaría tener bien delimitado en caso que se haga la melé en la península coreana.
Habrá que delimitar bien de qué lado está México. No vaya a ser que nos llegue correspondencia balística no deseada. No me quiero poner lúdico porque no es el tema. Lo que sí es el tema es que una escalada bélica en la zona es de alta influencia comercial, los estadounidenses ya están moviendo destructores y portaviones a una zona que a los chinos incomoda. Como sabemos: los chinos están reclamando cada piedra, islote y saliente en el Pacífico sur, y el hecho de tener demasiada atención en la zona no es agradable, los estadounidenses hablan de básicamente sitiar al inmencionable Kim, y no me estoy refiriendo a la Kardashian. Al mismísimo néctar de la vida eterna Kim Jong-Un, quien reta abiertamente a Trump a lo que quiera, y los coreanos del norte quieren como él quiera, sin oposición.
Indirectamente, Trump con su presencia militar está obligando a China a controlar a su vástago, las líneas de comercio entre China y Corea son muy sólidas en todas sus avenidas, tanto las legales como las clandestinas, y ahí es donde se busca hacer un apriete mayor. Los estadounidenses quieren cerrar el abasto energético y hacer más fuertes las sanciones al punto de estar paralizando cualquier navío salido de costas norcoreanas o en dirección a ellos.
La historia nos sugiere que si se arma tensión con los norcoreanos, hay muchas naciones involucradas de manera automática. Los chinos no quieren un flujo de migración descontrolada, Corea del sur está muy ocupada creciendo y haciendo las cosas bien como para perder su tiempo en guerras. Sin embargo, la artillería del norte está a nada de pegarle en potencia y sin mucho esfuerzo a 20 millones de almas. Y eso no es cosa cualquiera, Japón está muy cerca y alarmado, y, para cuando todo esté dicho y hecho, una nación con poder nuclear no es amenaza menor.
En todo esto andamos para definir el precio de muchos commodities que en tiempos de tensión se hacen buenas tenencias, el oro y los metales preciosos se hacen de buena demanda, los energéticos se desajustan y ahí el resto que, si sumamos a un mercado agrícola climático, nos habla de volatilidad en potencia.
Permíteme despedir la ocasión sólo expresando de manera sonora que sólo lo anterior representa una historia alcista en nuestros mercados agrícolas porque, por sí mismos, hay más granos y oleaginosas en el mundo que capacidad de consumo en este momento, y si los estadounidenses hacen un ciclo decente, excuso decirte lo que le va a pasar al precio agrícola en México.
Un sabio amigo y colega dice que la toma de coberturas es inversamente proporcional a la toma de carreteras, y, si el tema se da como parece, quien esté sin coberturas va a tenerse que tomar de algo más que carreteras, porque se va a poner difícil el tema agrícola en México.
Así de rápido llegamos a la zona de hasta luego, y, si me permites, a modo de decir adiós, te pregunto: ¿En eso de administrar tus riesgos, estás en buenas manos?