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Las tasas de interés están hablando por sí solas

¿Tiene alguna influencia la visión de los analistas y referentes del mercado sobre la economía real? A veces es mejor mirar lo que pasa antes que intentar explicarlo.

¿Tiene alguna influencia la visión de los analistas y referentes del mercado sobre la economía real? A veces es mejor mirar lo que pasa antes que intentar explicarlo.

En un entorno de tasas cero, es cada vez más difícil encontrar rendimientos que satisfagan el apetito de los inversionistas sin asumir demasiados riesgos.

El rendimiento de los bonos a 10 años, excluido Grecia por razones obvias, poseen rendimientos que arrancan desde negativo y no superan el 3 por ciento. La excepción es Nueva Zelanda, que paga un poco más pero que ha tenido una fuerte devaluación de su moneda y depende bastante de la suerte de los commodities.

¿Qué pasa en Latinoamérica?

La actividad económica en América Latina y el Caribe continuó debilitándose en 2014, mostrando su crecimiento más bajo desde el año 2009 (1.3 por ciento).

América del Sur sintió fuertemente el impacto de la caída en los precios de las materias primas, sumado a la menor confianza sobre las perspectivas a futuro. Las expectativas a corto plazo siguen siendo relativamente débiles, con contracciones esperadas del producto en Brasil, Argentina y Venezuela, mientras que en Chile y Perú se espera un repunte del crecimiento.

Las principales monedas de la región se depreciaron rápidamente en los últimos meses (20% en promedio desde mediados de 2014 frente al dólar). El cambio en los precios relativos en favor de productos locales, además de la mayor competitividad de las exportaciones, darían un impulso favorable a la balanza comercial de países latinoamericanos.

También debe advertirse, por otro lado, que los tipos de cambio depreciados también han comenzado a ejercer cierta presión al alza sobre los precios al consumidor, ya que estas economías no se encuentran lo suficientemente integradas como para sustituir una gran variedad de bienes necesarios en el proceso de producción.

Más allá de esto, las tasas de traspaso son moderadas (menores al 0.1%), y la caída en los precios de las materias primas ha ayudado a compensar el efecto negativo.

Las economías de América Latina comenzarían a recuperarse moderadamente recién en 2016.

El abaratamiento del petróleo ha intensificado las presiones en los términos de intercambio para los exportadores netos de crudo, pero representa un alivio para el resto de la región.

En Latinoamérica, y tomando como muestra los bonos emitidos en dólares a 10 años o vencimiento similar, podemos encontrar dos grupos: Venezuela, Argentina y Ecuador presentan rendimientos muy superiores al resto por el nivel de riesgo que llevan consigo. Pero en el resto de los países el empinamiento de la curva se mantiene ligeramente positivo con retornos de entre 2.5% y 5 por ciento.

Otro dato interesante que nos muestran las tasas de interés es que solo tres países tienen las curvas de rendimientos invertidas, lo que remarca el miedo a un default en el corto plazo, pero que se normaliza en el largo plazo. En definitiva, los conceptos y la visión de analistas se ven reflejados en precios de bonos y acciones, y estos realimentan a su vez la situación económica de cada región. Aceleran tanto lo positivo como lo negativo. Son potenciadores de la realidad.

fondos@eleconomista.com.mx

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