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Planes de pensiones en España se desangran
El número de propietarios de planes de pensiones privados se ha reducido, entre 2010 y 2013, en 667,000 personas, al pasar de 10'818,000 partícipes, a 10'151,000.
Los planes de pensiones se desangran. El que fuera el producto estrella para completar la pensión pública tras la jubilación lleva años perdiendo lustre. La reforma fiscal española, que previsiblemente recortará las ventajas tributarias de los planes, será un problema más para estos vehículos de inversión.
El número de propietarios de planes de pensiones privados se ha reducido, entre 2010 y 2013, en 667,000 personas, al pasar de 10'818,000 partícipes, a 10'151,000.
La sangría se está produciendo en todos los frentes, tanto en los planes de pensiones individuales como en los de empresa, aquellos promovidos por una compañía para ofrecer un complemento salarial a sus empleados.
En el caso de los individuales, llegaron a sumar 8.6 millones de partícipes (en 2010) y ahora tienen menos de 7.8 millones. Los de empleo llegaron a tener 2.18 millones de propietarios, y ahora suman 2.1 millones.
El problema es que a la hora de contratar este producto lo más importante debería ser la voluntad de lograr un ahorro que complemente la jubilación, lo segundo, beneficiarse de un incentivo fiscal y, lo tercero, conseguir algún regalo del banco, pero el orden de prioridades es justo lo contrario, explica un directivo del sector.
La desafección de los ahorradores hacia este tipo de fórmulas de ahorro previsión también se aprecia claramente en las aportaciones anuales. En los ejercicios previos al inicio de la crisis, los españoles llegaban a aportar cerca de 7,000 millones al año en planes de pensiones, pero en los últimos ejercicios, las contribuciones apenas llegan a los 4,000 millones, debido al fuerte aumento de desempleo y a la caída de la renta disponible de las familias.
Las prestaciones recibidas por los propietarios de planes de pensiones dependen del número de personas que se jubilan o que acceden al rescate del plan de pensiones por alguno de los supuestos especiales, como es el desempleo o la amenaza de perder la vivienda habitual. Esta variable ha permanecido más estable, y está entre los 3,900 y los 4,100 millones anuales.
APORTACIONES CONGELADAS
La drástica caída de las aportaciones unida a la constancia en las prestaciones ha hecho que durante los últimos ejercicios las aportaciones netas hayan quedado casi planas (58 millones en 2012 y 233 millones en 2013).
Ante el estancamiento en las contribuciones netas de los partícipes, la evolución del patrimonio acumulado en los planes de pensiones ha dependido casi en exclusiva de la revalorización de los productos en los que invierte cada vehículo. Así, aunque durante el periodo 2009-2012 se ha mantenido bastante estable alrededor de 85,000 millones de euros, el pasado ejercicio saltó hasta los 92,413 millones de euros, gracias a la buena evolución de los mercados mundiales de deuda y de renta variable.
Aunque el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el de Economía, Luis de Guindos, se han pronunciado a favor del promover el ahorro a largo plazo en la inminente reforma fiscal, lo cierto es que las primeras informaciones apuntan a que en la misma se limitarán los incentivos fiscales para este tipo de productos.
Actualmente, los menores de 50 años pueden deducirse de la base imponible del IRPF hasta 10,000, por aportaciones a planes. El informe de expertos encabezado por Manuel Lagares ya pidió limitar el tope de la deducción y parece que esa va a ser la decisión que adopte definitivamente el Gobierno. De confirmarse la medida, el sector teme los planes pierdan todo su atractivo y caigan en la irrlevancia.
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