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Opinión

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90,000 millones de dólares para Pemex

Esta semana se revelaron los últimos resultados de Pemex para 2023. Más allá de la alquimia presentada para decir que Pemex tuvo resultados positivos, que fueron apoyos fiscales y efectos contables, lo más importante es lo que viene en la primera lámina de la presentación a los inversionistas en la llamada.

En la lámina se detallan las transferencias y apoyos que Pemex ha recibido en lo que va del sexenio. Parecerán cifras falsas o errores de conversión, pero no lo son. En aportaciones de capital, es decir, dinero que el erario transfirió a Pemex, son 870,000 millones de pesos. A esto se suman apoyos fiscales. El primero es por 500,000 millones de pesos de reducción en la DUC, que es el derecho que Pemex nos debe pagar a los mexicanos por extraer nuestro petróleo, ya que es nuestro, no de Pemex. Además, en créditos fiscales, es decir, la condonación de impuestos, el Estado le ha dado a Pemex 230,000 millones de pesos. Todo esto suma la estratosférica cantidad de 1.65 billones de pesos. Considerando el tipo de cambio promedio entre 2019 y 2023 de 18.5, esto equivale a 89,000 millones de dólares.

Para poner esto en proporción, en 2023 el PIB de Venezuela fue de 92,000 millones de dólares y el de Costa Rica 85. En pocas palabras, el gobierno de AMLO ha transferido a Pemex el equivalente al PIB de Venezuela en lo que va del sexenio.

¿En qué se usó este dinero y qué resultados hemos obtenido los mexicanos de esta inversión?

Para sorpresa de nadie, los resultados no han sido los mejores.

Alrededor de 20,000 millones fueron a la refinería de Dos Bocas y, por ende, a los contratistas. Este proyecto, con sus costos y retrasos, tendrá un valor presente neto negativo, destruyendo valor; nuestros 20,000 millones valdrán menos. Hasta hoy, la refinería no refina nada; ni siquiera hay una entrada en los datos del Sistema Nacional de Refinación. Cuando produzca, no habrá forma de sacar la gasolina y otros productos a los centros de consumo, ya que no cuenta con poliductos. Otros 1,200 millones fueron a Deer Park, y alrededor de 25,000 millones se han invertido en rehabilitación de refinerías, que no ha tenido resultados; producimos más combustóleo que nunca.

Otra parte de este dinero se fue a inversiones en producción, y los datos tampoco son alentadores. Según datos de la CNH, en enero de 2024, Pemex produjo 1,509 millones de barriles diarios, hilando cuatro meses a la baja y la cifra más baja desde que este gobierno empezó su gestión.

Pensaría uno que parte de los 89,000 millones de dólares se usaría para reducir la deuda de Pemex. Sin embargo, al cierre de 2018, la deuda financiera de Pemex era de 105,000 millones de dólares, de los cuales 96 eran a largo plazo y nueve a corto plazo. Al cierre de 2023, la deuda financiera es de 106,000 millones de dólares, con 28 a corto plazo y 77 a largo plazo. No hubo una disminución real de la deuda de Pemex, si acaso cambió el perfil de vencimientos, y no en la dirección correcta, porque quien sabe de dónde van a salir los 28,000 millones a corto plazo, además de los 21,000 que deben a proveedores.

Ante la reducción de la calificación crediticia de Moody’s la semana pasada, el director de Pemex declaró que Moody’s inventa escándalos para subir el costo de los créditos a Pemex. El verdadero escándalo es que los mexicanos invertimos el PIB de Venezuela en una empresa que hoy está peor que hace 6 años. La gran pregunta ahora es qué sigue. ¿Alguna de las dos candidatas presidenciales piensa seguir tirando estas cantidades de dinero a la basura? Y si no, ¿cuál es el plan?

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