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Opinión

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¿Cómo lavó dinero ?el Cártel de Sinaloa?

El informe de autoridades de EU explica el lavado de dinero a través de un esquema que colocaba en una posición estratégica a una pequeña casa de cambio de Puebla.

El cártel de Pablo Escobar perdía 10% del efectivo que acumulaba, porque se lo comían las ratas en las casas y las bodegas , confesó a la DEA un hermano del capo colombiano. Eran sus días de gloria en los 80, pero el manejo del lavado aún tenía mucho que avanzar. En esos tiempos, esos delincuentes colombianos gastaban 3,000 dólares al año en ligas para compactar el dinero que manejaban.

El Cártel de Sinaloa no tuvo que batallar con los roedores ni gastar tanto en ligas. Contó con aliados poderosos en el sistema financiero. No olviden las 280 empresas que se le atribuyen, pero tengan en cuenta que la parte más caudalosa del río de dinero sucio entró al sistema financiero. Allí se encontró con un paraíso en forma de coladera legal. México no tuvo una ley creíble contra lavado de dinero hasta octubre del 2012. Leyó usted bien: hace tres años y tres meses. Si hemos de creer el conmovedor testimonio que Guzmán Loera ofrece a Sean Penn, él debutó en el narco en 1971. Durante 41 años de su carrera criminal, él no tuvo que batallar en México contra una ley de lavado de dinero moderna que asfixiara el desarrollo de sus negocios. Las normas anteriores eran pura simulación: el lavado ascendía hasta los 25,000 millones de dólares anuales. El Grupo de Acción Financiera Internacional del G-7 revisó la ley mexicana anterior y encontró más de 45 problemas serios.

¿Dónde queda el caso de la Casa de Cambio Puebla y lo relacionado con el Wachovia Bank y HSBC? Esta operación fue detectada y perseguida de acuerdo con la legislación estadounidense. Todo ocurrió en plena administración calderonista. Las autoridades de México tuvieron un papel secundario o irrelevante, en el mejor de los casos.

El informe de las autoridades de Estados Unidos explica cómo el Cártel de Sinaloa lavó dinero en la década pasada, a través de un esquema que colocaba en una posición estratégica a una pequeña casa de cambio de Puebla. Allí se recibió dinero en efectivo que luego fue transferido a Estados Unidos a través de cuentas corresponsales. En Miami, el dinero llegó al banco Wachovia, que se encargó de blanquearlo. Con cuentas de Wachovia se pagaron cuando menos 13 aviones que el Cártel de Sinaloa utilizó para transportar drogas.

HSBC hizo negocios raros con Wachovia, pero fue más allá. Abrió 60,000 cuentas de mexicanos en Islas Caimán y relajó la supervisión de los depósitos que recibía. El monto lavado por el Cártel de Sinaloa en HSBC lo estima la DEA en 881 millones de dólares, sólo entre el 2006 y el 2010. Entre las irregularidades se encuentra la recepción de cientos de miles de dólares en efectivo en un día en México, destinados a una sola cuenta. En este caso, una sucursal mexicana era la puerta para acceder a la red global de un banco británico. HSBC fue sancionado con 1,900 millones de dólares en Estados Unidos. En México hubo sólo sanciones administrativas. El ejecutivo que presidía HSBC durante los años del lavado intensivo, Paul Thurston, fue promovido por HSBC a un alto cargo en Londres.

El corazón del narcotráfico está en México, pero el cerebro se encuentra en Londres, afirmó Roberto Saviano, el autor de Gomorra y CeroCeroCero. Tenemos fragmentos de historia de la lavadora, pero falta la película completa. Podemos suponer que allí hay estrellas tan famosas como Penn y del Castillo. ¿Cuándo sabremos sus nombres?

lmgonzalez@eleconomista.com.mx

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