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Concanaco, ¿leña verde?
Pareciera que Concanaco está en la hoguera.
Pareciera que quieren sacrificar en leña verde a esa organización.
En los últimos días ha sido cuestionado su proceso electoral.
Además se hizo pública una investigación de la Auditoría Superior de la Federación en la que se involucra a esa organización por presuntos desvíos de recursos públicos a través de empresas fantasma.
Para el cierre de la semana pasada había dos presidentes de la Concanaco. Supuestamente se realizaron dos asambleas en las que fueron electos dos presidentes distintos para la misma organización.
El martes 7 de septiembre habría sido electo Juan Carlos Pérez Góngora. Se dijo que 44 de los 66 consejeros de Concanaco lo eligieron.
El 9 de septiembre, es decir, dos días después, José Manuel López Campos para entonces todavía presidente de Concanaco encabezó la 105 asamblea general ordinaria.
Ahí resultó electo Héctor Tejada Shaar, ex presidente de la Canaco León y tesorero de la Concanaco.
De los 66 consejeros de Concanaco, asistieron 49 y 44 votaron por Tejeda. Asistió a esta asamblea el titular de la Unidad Jurídica de la Secretaría de Economía, Jorge Luis Silva.
Vale decir que tanto la Concanaco como la Concamin, al estar regidas por la Ley de Cámaras y en consecuencia deben registrar sus respectivas asambleas ante la Secretaría de Economía, que actualmente encabeza Tatiana Clouthier.
La asistencia del funcionario de la secretaría de Economía a la 105 asamblea fue en calidad de testigo.
Posteriormente, la organización empresarial debe entregar las actas de la asamblea en la dependencia. Seguramente será la Secretaría de Economía, luego de revisar los expedientes respectivos, la que determine quién es el legítimo presidente de la Concanaco. Tendrá que ver si los consejeros de ambas asambleas corresponden a la mesa directiva vigente o no y en general tendrá que comprobar documentalmente ambos casos.
Lo veremos en los próximos días.
Ayer se difundió una información en la que se cita un informe de la Auditoría Superior de la Federación en la que se afirma que Concanaco habría usado recursos públicos en empresas fantasma.
La misma información advierte que se trata de recursos que le otorgó el extinto Inadem de la Secretaría de Economía a la Concanaco, en los años 2014, 2015 y 2016.
Y habla de 294 millones de pesos de fondos federales que habrían sido canalizados a empresas fantasma.
Obviamente el caso no es nuevo. En su momento fue investigado y al final no hubo mayor consecuencia. Habrá que ver qué informa directamente la ASF y en su caso la Fiscalía General de la República.
Si hubiera alguna irregularidad, sin duda las autoridades deberían fincar responsabilidades.
Son dos temas en los que el gobierno mexicano, y las entidades de supervisión y aplicación de la justicia tendrán que pronunciarse.
En el tema de proceso electoral si este debe evolucionar y así lo considera la autoridad, tendrán que modificarse los estatutos para hacer los cambios necesarios.
Pero en lo inmediato tendrá que decidir quién es el presidente legítimo de la organización.
Por lo pronto, todo apunta a que pareciera que quieren quemar a Concanaco en leña verde.
Separación poder político y económico
Llamó la atención el mensaje del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O. en el sentido de que se consolidará la separación de los intereses privados de los del gobierno.
Queda claro que el gobierno no puede ni debe responder a los intereses de los grandes consorcios del sector privado.
Pero también está claro que el gobierno necesita generar un ambiente de certidumbre para las inversiones privadas.
El propio titular de las finanzas públicas informó ayer que avanza en la revisión con el sector privado del tercer paquete de infraestructura.
El gobierno trabaja de hecho con los mismos grupos empresariales mexicanos con los que han trabajado los gobiernos anteriores.
Se trata de un mensaje político, que difícilmente se podrá cumplir en los hechos.
Al tiempo.
