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Opinión

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¿Cuál será la narrativa en los mercados en el 2024?

El 2024 inició con una semana cargada de especulación. El fuerte adelanto que el mercado ha plasmado en los precios para dicho escenario junto con datos que van en distinto sentido y que generan una fuerte división de opiniones, parece mermar los impulsos en los días iniciales

El 2023 fue un año complicado en los mercados. Lo que en un inicio parecía un rumbo claro de bajo crecimiento y aumento moderado de tasas terminó siendo un año de sufrimiento en los primeros trimestres debido a la resiliencia de la economía norteamericana y a la percepción (vigente hasta el tercer trimestre) de que las tasas continuarían subiendo y permanecerían en niveles altos por un tiempo prolongado.

Al momento de escribir esta nota podríamos decir que el incierto comienzo de los mercados en el 2024 tiene más que ver con el sobregiro con el que cerraron el 2023 en términos de retornos.

El disparo entre noviembre y diciembre parece haber sido excesivo, y ante la duda que aún persiste con respecto a sus catalizadores, es entendible que los inversionistas tomen utilidades.

El factor principal que ha propiciado el rally del cierre del 2023 es la expectativa de una baja de tasas en combinación con un escenario de crecimiento que no pinta a ser recesivo. Entonces, es la confirmación o decepción sobre la posibilidad de esta baja de tasas la que sostiene el debate que al parecer constituye la única narrativa vigente en los mercados.

Esa es la narrativa vigente y desde mi punto de vista estará presente por un buen tiempo.

La semana pasada digamos que hubo información en sentidos opuestos. Por una parte hubo información sobre el empleo que parece muy favorable, que muestra una economía más fuerte de lo que se piensa.

Esta información va en sentido contrario al entusiasmo de los inversionistas, pues no constituye un incentivo para los miembros de la Fed: esto es, adelantar una baja de tasas de interés.

Por su parte, los índices ISM manufacturero y no manufacturero se ubicaron en 47.4 y 50.6 puntos en diciembre. El mercado reaccionó de forma poco favorable a la publicación del ISM no manufacturero, pues se anticipaban poco más de 52 puntos en el índice. Un nivel por debajo de los 50 puntos es indicio de una contracción.

Otra información que causó volatilidad fue el reporte de las más recientes minutas de la Reserva Federal (Fed) en donde quedó claro que la tasa de interés de referencia podría aumentar nuevamente si la situación lo amerita. Es claro que las futuras decisiones dependerán de los datos económicos oportunos.

La expectativa parece clara: baja de tasas y un crecimiento moderado. Pero las incógnitas son fuertes. ¿Cómo será la baja de tasas de interés? ¿Será de hasta cinco recortes de 25 puntos base como descuentan ahora los futuros de la tasa de referencia? ¿Comenzará tan pronto como en este mismo trimestre?

De ser así deberíamos esperar datos de crecimiento económico bastante más débiles que colaboren en el proceso desinflacionario, por ahora no se ven más que algunos signos de debilidad y los buenos datos parecen ser mayoría.

Los inversionistas parecen reconocer que no habrá una recesión, y la combinación con la tendencia de descenso de las tasas de interés ha propiciado la aparición de una mayor propensión al riesgo y por ende un rally también notorio de las bolsas.

¿Es sostenible dicha tendencia de rendimientos en los mercados de capitales? ¿Qué pasará con los principales líderes del alza de año previo? Los famosos “7 magníficos” (Meta, Apple, Google, Amazon, Nvidia, Tesla y Microsoft) ¿serán capaces de tener otro año de rendimientos extraordinarios?

Ello necesita mucho del dichoso “aterrizaje suave” que implica una situación en donde la inflación se controla y las autoridades pueden bajar las tasas sin mayores afectaciones en el crecimiento.

El 2024 inició con una semana cargada de especulación. El fuerte adelanto que el mercado ha plasmado en los precios para dicho escenario junto con datos que van en distinto sentido y que generan una fuerte división de opiniones, parece mermar los impulsos en los días iniciales.

Es una predicción bastante sólida hablar de que durante el año se consolidarán argumentos que justifiquen una baja de tasas; sin embargo, por ahora, las expectativas marcadas en los futuros de la tasa de referencia siguen siendo excesivamente optimistas.

Continuamos anticipando momentos de decepción mezclados con períodos de mayor entusiasmo, parece que las siguientes semanas los mercados dependerán mucho de la información y ello implica que habrá volatilidad en los precios tanto de los bonos como de las acciones.

Al final del día debería ser un mejor año que el pasado. Mal que bien no hay una recesión a la vista y las tasas tendrán argumentos para bajar porque la inflación cederá más, pero la narrativa girará en torno a detalles sobre cómo se concretarán dichas expectativas y ello no necesariamente implica un camino tranquilo.

*Rodolfo Campuzano Meza es director general de Invex Operadora de Sociedades de Inversión.

perspectivas@invex.com

X: @invexbanco

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