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El Banquero Central
La arcana sabiduría de la banca central tiene en México como antecedente a Don Rodrigo Gómez. Con larga experiencia en el oficio de banquero central, ejerció el arte de conducir el Banxico con intuición, experiencia y conocimiento, las cuales son indispensables porque, en asuntos monetarios importa tanto el qué decisiones tomar como el cuándo tomarlas, nos dice Miguel Mancera. Ello debido, entre otros factores, al efecto de las variables monetarias en la economía real, las cuales operan con un retardo o rezago.
A la intuición de Don Rodrigo se sumaba el uso de información técnica de los departamentos de Estudios Económicos, de Estudios Regionales y del Extranjero. Este último tomaba el pulso diario de los mercados de divisas.
De suerte que nuestro banquero central sabía navegar en las aguas procelosas del sistema monetario con rumbo firme.
En sus inicios, nos dice Gustavo Petricioli, Don Rodrigo destacó como cambista y experto en los mercados internacionales de plata: “entre sus logros se encuentra haber creado una reserva internacional en el Banco de México y unificado el tipo de cambio en todo el país”.
Sus tesis monetarias sobre la necesidad de cuidar las reservas internacionales de México, de administrar con prudencia la liquidez monetaria, de procurar mantener la inflación bajo control, de fomentar el ahorro real y la inversión productiva, tanto del gobierno federal como del sector privado, y de considerar la estabilización como un medio, nunca un fin, respaldaron la política económica del Desarrollo Estabilizador de Don Antonio Ortiz Mena.
La coordinación de la política fiscal y la política monetaria hicieron posible, entre otras cosas, una programación monetaria enfocada en el control de la inflación y una programación fiscal dedicada al control y disminución del déficit fiscal, bajo el principio de que este último no debía dar lugar a la creación del dinero ficticio.
También hicieron posible, a través del grupo Hacienda-Banxico, la programación monetario-financiera y la programación fiscal, las cuales, junto con las proyecciones de balanza de pagos, hicieron posible tomar acciones de control y administración eficiente de la política económica.
En particular, las proyecciones de balanza de pagos permitieron controlar las entradas y salidas de divisas, situación que se conciliaba con el reporte diario de reservas internacionales, así como también la programación del endeudamiento externo, evitando así endeudar al país.
La programación financiera del Banxico, en tiempos de Don Rodrigo y de Don Antonio, consistió en hacer compatibles los recursos captados por el sistema financiero y del exterior, con el financiamiento que se considera necesario para atender las metas de equilibrio económico, nos dice Sergio Ghigliazza.
Así se logró el manejo flexible de los instrumentos de política monetaria y financiera, para transferir el ahorro de los sectores superavitarios de la economía a los deficitarios y para regular la liquidez de la economía, haciendo posible crecer a altas tasas con estabilidad de precios.
Como reflexión final, la banca central es asunto de expertos y la afectación de las reservas internacionales puede afectar a todo el sistema económico.