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Opinión

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El Congreso en Washington cambiará… y eso debe importarnos en México

En este 2024 hay 50 miembros del congreso de Estados Unidos que ya se hartaron del ambiente nocivo que hay en el Capitolio en Washington y decidieron o retirarse o no buscar reelegirse.

Son 43 representantes (Diputados) y 7 senadores. Esto nunca ha ocurrido, recuerde usted que este en un congreso sin límite de tiempo de servicio.

La razón; la gente que vino a Washington con buenas intenciones de legislar se encontró un ambiente que los que trabajan para los legisladores describen como “algo que se está pudriendo por dentro”.  

¿Qué ocurrió? Que el movimiento extremista de la derecha seguidor de Donald Trump llenó los debates del congreso con rencor, recriminaciones y falta de acción. Diariamente hay un aumento en las censuras y esto crea nuevos enfrentamientos partidistas. Los que se van ya se cansaron de estrellarse contra la irracionalidad fanática.

En México tenemos poca información sobre el Congreso en Washington. 

Esto es muy distinto a lo que ocurre con la Casa Blanca.  A la presidencia el mundo entero le concede mucha importancia y para nosotros eso está justificado, por la sociedad tan cercana que México tiene con Estados Unidos pero lo que nosotros debemos considerar también es que el congreso para nuestro país es igual de importante… a veces incluso más que la presidencia. 

El Congreso en Washington y la relación con México

Hoy aquí propongo, que en México debiéramos prestar más atención a lo que hace el congreso en Washington. Claramente necesitamos tener una idea mucho más objetiva y hasta básica de quienes ahí son los jugadores principales, quienes de entre ellos son nuestros aliados naturales y a quienes deberíamos acercarnos más. La razón es evidente, en el Congreso en Washington se toman muchas de las decisiones que más afectan a México y los mexicanos. 

Tome usted a Charles Grassley, senador Republicano por el estado de Iowa.

Lo que dice este senador es muy importante porque con todo y sus 90 años es el co-presidente del grupo parlamentario de control de drogas ilegales. Grassley, para que ustedes lo tengan en mente… “Pisa muy fuerte en el Congreso en Washington”, y cuando habla todos ponen atención a lo que dice. Si, usted lo adivinó, también le hacen mucho caso en la Casa Blanca. 

Otra razón para conocerlo es que su oficina analiza cada año lo que ocurre con las drogas ilegales en la relación con México.  Ejemplo, el 7 de Septiembre del año pasado el reporte fue más directo:

… “Es impensable que los funcionarios estadounidenses permitan que malos actores del gobierno mexicano pongan recursos de los contribuyentes en manos de los jefes de los cárteles".

El modelo mexicano y el modelo estadounidense

En México tenemos un modelo centralizado en el que en la presidencia del país se toman las decisiones del gobierno nacional. Nuestro congreso en México no es vital para la conducción de nuestra política exterior. Aquí, en Estados Unidos, es exactamente lo contrario. Lo que dice Grassley, como lo que dicen otros legisladores importantes en las dos cámaras, influye en la forma en la que muchos de los 535 legisladores ven a México.  

Precisamente por eso, hace 63 años en abril de 1960, a alguien se le ocurrió que debería haber una reunión interparlamentaria anual. Una reunión semiformal pero muy institucional que pusiera cara cara a las figuras más importantes de las comisiones parlamentarias de relaciones exteriores de los dos países.

No hay evidencia de que de estas reuniones hayan salido soluciones a los problemas y desencuentros que hay frecuentemente entre México y Estados Unidos. Aun así, el balance de estas interparlamentarias es positivo porque al menos no han hecho daño, y han mantenido abierto el diálogo entre dos instituciones vitales, que curiosa y extrañamente… no se comunican frecuentemente.

El miedo produce donaciones de dinero para los políticos 

Lo que usted no sabe, es el enorme uso que muchas de las posiciones más radicales de los congresistas estadounidenses en la Cámara Baja tienen para ellos y sobre todo para sus campañas. 

Permítame explicarle:

A los políticos en Washington les da buen resultado pegarle a México cada vez que hay elecciones, porque eso no solo les reditúa votos, les reditúa también dinero para sus campañas políticas.  

Hay miembros del congreso que se levantan como paladines de la defensa de su país en contra del narcotráfico o del otro tema tan útil que es el de la migración indocumentada a EE. UU. Lo hacen porque con eso pueden pedirle a la gente de sus distritos que les envíen dinero para seguir, “… Conteniendo su defensa por la libertad”.   El resultado de esos discursos y posiciones, son millones de dólares que los congresistas reciben por parte de gente que cree que ellos de verdad van a solucionar el problema.

Usted debe saber ya que no hay nada mejor para causar miedo en Estados Unidos que la noción equivocada de millones de estadounidenses de que… “Mexico no es un socio confiable, ni en la pelea contra las drogas, ni contra la inmigración ilegal y peor aún, no es un socio confiable que cuide las inversiones de su socio”.

Los senadores estadounidenses Bill Hagerty republicano de Tennessee y Tim Kaine demócrata de Virginia ambos miembros del Comité de Relaciones Exteriores del Senado le han pedido abierta y directamente desde el pleno del senado al presidente Andrés Manuel López Obrador que detenga lo que ambos llaman “acciones dañinas contra empresas estadounidenses de propiedad legal en Mexico”

Les llaman ataques y eso dicen pone en peligro nuestra relación comercial. 

El otro lado de la moneda es que, a pesar de las enormes diferencias ideológicas, filosóficas y hasta prácticas, que los gobiernos y los congresos de México y Estados Unidos han tenido durante los últimos 50 años, ambos han hecho lo que les ha convenido y lo que han podido cada uno de su lado, para mantener la relación binacional a un nivel aceptable.  

¡Aguas! Esto está por cambiar

Una posible consecuencia de la nunca vista ola de retiros y jubilaciones en el Congreso estadounidense de la que le informé al principio, es que con toda seguridad habrá un aumento importante en el número de nuevos miembros del congreso republicanos que llegarán a Washington en enero del 2025, que son fanáticos de Donald Trump y son consecuentemente parte de su movimiento MAGA (Make America Great Again). 

Hay quien dice que esta gente viene más “con la intención de quemar todo en Washington”; que de aportar soluciones o políticas creativas.

Los que se van son los institucionalistas. Los que vienen son los fanáticos de la derecha y de la extrema derecha.  

Si a usted le sorprende la manera abierta y muy directa de hablar de los senadores Grassley, Hagerty y Kaine para describir la corrupción oficial en México, solo espere a ver qué es lo que los nuevos senadores y congresistas van a decir y a proponer. 

El criterio dominante en la política estadounidense fue el centrismo; ni extremos a la derecha ni a la izquierda. Esto cambió.

Ahora la gran interrogante es, si algunas de las curules que dejarán vacantes los centristas demócratas y republicanos como Mitt Romney, Ben Cardin o Tom Carper, que han sido amigos de México van a ser reemplazadas con quienes, en lugar de buscar soluciones viables, quieren enviar tropas a México para destruir a los carteles.

Se van también cinco presidentes de comisiones legislativas. 

La dinámica política en el Congreso en Washington y sus sistema de reelecciones consecutivas sin límite, han creado a figuras muy poderosas, que son los presidentes de las comisiones del congreso.  Estás posiciones encumbradas se obtienen con tiempo y trabajo. Por eso a los presidentes de los comités no les preocupan las re-elecciones, porque los residentes de sus distritos jamás votarían contra ellos porque saben lo ventajoso que es tenerlos a cargo de los capítulos más importantes de la legislación nacional. Presupuesto, Defensa, Relaciones Exteriores, Agricultura, Finanzas etcétera.

Por eso, los presidentes de los comités o comisiones del Congreso rara vez se retiran. Pero esta vez se van cinco, porque no aguantan ya las divisiones partidistas, los ataques y los resultados de cero legislaciones útiles y bipartidistas.  

Hay varios que han dicho en público... “¿Qué caso tiene quedarse cuando esto no sirve para nada?” 

Está por verse quienes vendrán a reemplazar en el congreso a los que se están yendo voluntariamente.  Pero sean quienes sean, valdrá la pena conocerlos. Saber cómo piensan… y francamente “de qué pie cojean”. 

Eso nos dirá quienes tienen potencial de volverse amigos y aliados de esta relación cambiante, difícil y agridulce... Y quienes de plano llegarán sin tener ningún interés en ser amigos de México.

Durante tres décadas Armando Guzmán ha estado al frente de las coberturas noticiosas más importantes en Washington DC. Televisión, Radio, Prensa escrita, Internet. Armando tiene una presencia diaria en todos los medios en México y Estados Unidos cubriendo los ángulos más serios de las noticias y emitiendo un análisis imparcial, claro y a fondo. Es el periodista que más sabe y entiende lo que ocurre en Estados Unidos, y conoce y entiende también lo que ocurre en México. Conoce a las figuras nacionales estadounidenses que hacen noticia, y lo mas importante esas figuras lo conocen y respetan su trabajo.

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