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El coronavirus y la economía mexicana
Aún son inciertos los alcances que tendrá la reciente crisis por el nuevo coronavirus, sobre todo en el plano de la salud de las personas. Los expertos nos dicen que el índice de mortalidad de este virus es más bajo que el del síndrome respiratorio agudo severo, referido comúnmente como SARS, por su sigla en inglés, pero todo indica que su tasa de transmisión es más elevada, al grado que algunos científicos estiman que podría convertirse en una pandemia, que ocurre cuando una epidemia se expande a dos continentes o más. Con la información que ha surgido de China, también se sabe que la tasa de recuperación es más alta que la del SARS, es decir, que las posibilidades de que un paciente infectado se recupere son mucho mejores que el perfil que se observó en el caso del SARS, que también azotó a China a finales del 2002.
Sabemos que al momento de escribir esta colaboración, Estados Unidos ya tiene identificadas a 11 personas dentro de su territorio que están infectadas con coronavirus, y ha empezado a adoptar diversas medidas para hacer frente a un escenario de mayor contingencia. Por ejemplo, el Departamento de Salud ya informó al Congreso de nuestro vecino del norte que requerirá 136 millones de dólares americanos para hacer frente al reto que representa el coronavirus, pues los 105 millones de dólares que le fueron etiquetados para usar en este tipo de emergencias ya se están agotando, según reportaba una nota de The Washington Post.
Ahora bien, los efectos del coronavirus ya empezaron a ser resentidos en los mercados financieros, sobre todo por el temor que un escenario de mayor crisis impacte a la demanda. De hecho se reporta que China ya notificó a Arabia Saudita que disminuirá sus compras de petróleo a ese país para el mes de marzo. Ello ha impactado desde luego ya a los precios del petróleo, que tan sólo en el mes de enero sufrieron una importante caída, desde su nivel más alto, hasta el nivel observado ayer en los mercados de físicos. El precio del crudo West Texas Intermediate (WTI) pasó de 63.27 dólares por barril el 6 de enero pasado a tan sólo 51.56 dólares al cierre de ayer, una caída de 18.5 por ciento en apenas 28 días.
En el caso de México, el precio de la mezcla mexicana pasó de 59.35 dólares por barril, también el 6 de enero, a 48.15 dólares por barril el pasado viernes, la más reciente cotización publicada por Pemex. Una reducción de prácticamente 19 por ciento. Se trata de un nivel 85 centavos de dólar por debajo del precio de referencia previsto en el Presupuesto de Egresos de la Federación para este año.
Es una caída que a fines del 2019 no estaba en el panorama de Arturo Herrera, secretario de Hacienda y Crédito Público, mucho menos en el de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, o del director de Pemex, Octavio Romero. Es verdad que la SHCP anunció a principios de año el programa de coberturas petroleras para asegurar la estabilidad de las finanzas públicas; sin embargo, el hecho de que los precios del petróleo pudieran permanecer en estos niveles por un periodo prolongado terminaría por afectar el desempeño de la economía mexicana, complicando aún más el horizonte de la 4T.
*El autor es economista.