Buscar
Opinión

Lectura 4:00 min

El efecto de la memoria de nuestras decisiones, inversión

El tiempo y la memoria son verdaderos artistas; remodelan la realidad más cerca del deseo del corazón”.

John Dewey, filósofo estadounidense.

En un estricto sentido objetivo y racional, las personas deberíamos tomar las decisiones de inversión basadas única y exclusivamente en los méritos de cada alternativa. Evidentemente, entre los criterios a analizar deberíamos considerar, entro otros, la probabilidad de ocurrencia del rendimiento esperado, el nivel de rendimiento posible ajustado por inflación, la duración de la inversión y la prima de riesgo implícita en función de las características de cada inversión y, todos estos factores, deberían ser ajustados por nuestra percepción y nivel de aversión al riesgo y por las condiciones, también objetivas, de las expectativas del entorno en el futuro durante el periodo de la inversión.

La realidad es que los seres humanos, incluyendo aquellos teóricamente con mayor conocimiento y capacidad técnica para tomar decisiones, estamos sujetos a sesgos y otro tipo de efectos que llevan a que nuestras decisiones no solo sean subóptimas, sino que además tengan una marcada orientación que nos lleve a equivocarnos en muchas de ellas.

En el estudio Real-life investors’ memoryrecallbias: Alab in the field experiment, de Lia y Rong, recientemente publicado, los autores condujeron una serie de experimentos para investigar el efecto de la memoria sobre eventos pasados, en términos de su impacto sobre decisiones futuras.

Específicamente, analizaron qué tanto los inversionistas recuerdan, tratándose de inversiones en acciones bursátiles, cuáles fueron sus acciones de mejor resultado y cuáles aquellas que tuvieron el peor resultado en términos de retorno para el inversionista.

El estudio encontró, que la mayoría de los inversionistas tienden a olvidar más frecuentemente sus inversiones de mal desempeño, que aquellas que perciben como de buen desempeño, siendo los inversionistas de menos experiencia, lo que tienden a tener más acentuada esta condición.

Ello implica que, bajo este supuesto, los inversionistas tienden a tener menos aprendizaje de experiencias negativas del pasado y tienden a sobreestimar los resultados de las experiencias positivas, lo que definitivamente ejerce un efecto negativo en la valuación de las inversiones futuras.

Otro hallazgo importante es, que entre aquellos inversionistas que tienden a tener una más frecuente revisión del comportamiento de sus inversiones (acciones) presentes, el nivel de olvido sobre las malas experiencias del pasado es mayor. Pareciera que ese foco en el presente, también impide obtener de manera adecuada información sobre las experiencias negativas del pasado.

Los hallazgos de esta investigación son significativos porque, tal y como se ha demostrado en otros estudios, relacionados con experiencias negativas, existen múltiples mecanismos que hacen que las personas tendamos a olvidar o mediatizar experiencias pasadas, lo que impide un adecuado aprendizaje de las condiciones que llevaron, en términos de nuestra decisión, a ese evento negativo. 

Pareciera entonces importante que, cuando se trate de decisiones de inversión, las personas llevemos algún tipo de registro histórico, al momento de cada experiencia de inversión que nos permita crear una especie de propia bitácora con datos objetivos del momento, cuando la experiencia está en mejores condiciones de ser recordada y analizada y, de esta manera poder tomar en cuenta esa información de manera más puntual y objetiva, cuando tomemos decisiones en el futuro.

Particularmente cuando se trata de mercados volátiles, en entornos de incertidumbre como los que hemos vivido desde hace mucho tiempo, este tipo de decisiones requieren todos los elementos necesarios para, si no desaparecer por completo, por lo menos disminuir parcialmente las condiciones de nuestro proceso de decisión, que pueden conducir a efectos negativos en el patrimonio. 

raul@martinezsolares.com.mx

El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas

Suscríbete