La importancia del mundo para México

De cara al segundo y al tercer debate sorprende y alarma el que, en la agenda temática del INE, la política exterior aparezca de milagro. Quizás es un reflejo de cómo en los últimos años se ha minimizado el papel de México en el mundo, y el impacto del mundo en nuestro país, en particular ante un contexto global inédito. Un contexto, además, del que México ha salido favorecido.

A continuación, una breve lista de algunas dinámicas globales, de las que sería muy importante conocer la visión y la posición de las candidatas y el candidato.

China y su papel en el mundo, lo cual incluye su alianza con Rusia y su cercanía en el sur global, (África y América Latina).  Quizás los consejeros electorales no han tenido en cuenta que la semana pasada Janet Yallen pasó cinco días en entrevistas al más alto nivel de la nomenclatura en Shanghái; fue su cuarto viaje a China como secretaria del Tesoro de la administración Biden. El mensaje fue claro: que crezca más su mercado doméstico, exporten menos. La competencia (guerra) comercial y científica-tecnológica entre Estados Unidos y China no es menor, y su desenlace tendrá implicaciones estructurales en el orden internacional, que serán de la mayor relevancia para México y requieren de propuestas por parte de las tres candidaturas. Esto, además de la amenaza latente de que China invada Taiwán.

Europa, sus desafíos políticos y económicos: respecto a la guerra ucraniana está la amenaza de que en un nuevo mandato Trump disminuya el apoyo militar vía la OTAN. La posibilidad de un enfrentamiento armado más allá de Ucrania no es menor. Por si eso no fuera suficiente, tienen retos económicos de competitividad, finanzas públicas y pensiones, por citar sólo algunos. Además, la crisis migratoria del continente no ha hecho más que agravarse y, con ella, sus múltiples ramificaciones en la política doméstica de cada uno de los países miembros de la Unión. Europa enfrenta también los costos que la transición energética y la sustentabilidad implican para sectores muy poderosos, como los agricultores. El 2 de junio habrá elecciones para el parlamento europeo, y es muy probable que la derecha de todos los países incremente su representación en Bruselas, lo que sin duda afectará el perfil legislativo de la región en los próximos años. En el frente de la relación bilateral, el tratado comercial de México y Europa está en el cajón. No lo promueven ni allá, ni acá. Es un estupendo tratado para ambas economías. ¿Por qué no impulsar su aprobación y puesta en marcha?

El conflicto en Gaza es otro frente que requiere definición por parte de las candidaturas a la Presidencia de México. La región ha atravesado seis meses de violencia sin tregua, más de 33,000 muertos (dos terceras partes son niños y mujeres), 75,000 heridos, 2 millones de desplazados, 70% del territorio destruido, en ruinas. Más de 200 muertos de Naciones Unidas, otro tanto de periodistas y de miembros de organizaciones de asistencia como World Central Kitchen. Israel ha violado múltiples leyes internacionales, la convención de Ginebra y la Carta de Naciones Unidas. Un clamor internacional pide el cese al fuego y ayuda humanitaria, ante el hambre y la muerte de niñas y niños por falta de alimentos y de agua.

Más allá de la crisis coyuntural con Ecuador, ¿qué agenda se tiene de cara a América Latina y a los diversos frentes abiertos que deja la actual administración con los países de la región?

Y obviamente, la relación con los socios del T-MEC: agricultura, energía, autopartes. En la relación bilateral con Estados Unidos, ¿qué hacer ante una victoria de Trump? Las y los electores merecen conocer el posicionamiento de las candidatas y del candidato en migración, lucha contra el crimen organizado, la epidemia del fentanilo y el contexto económico de Estados Unidos para los próximos años.

Además de estas agendas, bilaterales, la solución de algunos de los principales problemas del planeta como cambio climático, desigualdad o migración, requieren de un multilateralismo más eficaz y de una presencia más puntual de México, tanto en la búsqueda de soluciones coordinadas como en el avance doméstico de estas agendas. ¿Están conscientes las y el candidato de cada una de ellas?   

Pero, para el INE el tema de política exterior será sólo uno de… ¡doce! En el segundo debate los temas son: crecimiento económico, empleo, inflación, infraestructura, desarrollo, pobreza, cambio climático y desarrollo sustentable; y para el tercero: política social, inseguridad y crimen organizado, democracia, pluralismo y división de poderes, migración y política exterior.

Ante el fiasco del formato del primer debate y el clamor por cambios para los subsecuentes ¿no debería el INE repensar también los temas? Menos asuntos y más tiempo para escuchar la visión, ideas y propuestas.