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Opinión

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La parábola de los ciegos

La orgía por los 34 millones de votos que obtuvo Morena continúa. Como INE y TEPJF les dieron mayoría calificada en la Cámara de diputados y están, tras comprar a los últimos dos perredistas, a un solo voto en el Senado, los representantes populares de dicho partido, y sus aliados, van seguros de tener la razón, pues el pueblo se las otorgó. Según sostienen, no hay argumento más fuerte que los 34 millones que apoyaron con su voto las reformas. Así pues, si algunos expertos dicen que la reforma al Poder Judicial, como viene, no soluciona los problemas que supuestamente la motivan: reducir tiempo de sentencias, acabar con corrupción e influyentismo. Y más bien suma problemas a los que ya tenemos: como que elección popular de jueces, magistrados y ministros tiende a debilitar independencia de los juzgadores, motiva sentencias populares, más que justas (populismo jurídico), los hace susceptibles a ser capturados por poderes fácticos.

O como que jueces sin rostro, según toda la evidencia, además de violar el debido proceso, pues todos merecemos imparcialidad del juzgador (sin rostro es indemostrable), conlleva a que nadie se haga responsable de sentencias injustas y a que aumente el número de personas inocentes condenadas. O como que la reforma atenta contra la carrera judicial y los derechos de todas esas personas que han ganado su plaza en concursos de oposición.

El argumento de los 34 millones también es más fuerte que las advertencias de la relatora de la ONU, quien dijo, según se reportó en este diario que: La reforma del Poder Judicial federal “es incompatible con leyes sobre derechos humanos”. El argumento de los 34 millones es más fuerte que lo dicho por los embajadores de Estados Unidos y Canadá, respecto a la preocupación que despierta la reforma y los posibles efectos en las relaciones comerciales con dichos países. El argumento de los 34 millones es más fuerte que los convenios firmados y ratificados, más fuerte que los llamados de barras de abogados, de la confederación patronal. En fin, parece que el argumento de los 34 millones puede más que las razones económicas, académicas, de relaciones internacionales, de respeto a los derechos humanos.

¿No sería posible hacer una reforma que tuviera alcances importantes para cambiar la justicia en México y que, a la vez, alentara la inversión y defendiera los derechos humanos? Claro que sí, pero la orgía no deja escuchar los gritos de advertencia que señalan que vamos al abismo. Es la parábola de los ciegos de Brueghel el viejo. La abrumadora mayoría los ciega.

X@munozoliveira

L.M. Oliveira es escritor. Autor de "El mismo polvo" y "El oficio de la venganza". Es Titular A en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y El Caribe.

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