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Operación de FIRA con IFNB
En la columna anterior hablé sobre los Intermediarios Financieros No Bancarios (IFNB), su importancia para expandir la inclusión financiera y la evolución en la operación directa con FIRA. En la presente columna, comentaré sobre la estrategia de FIRA con los IFNB y los retos a enfrentar para su fortalecimiento
Desde su origen, FIRA ha tenido como propósito el impulso del financiamiento privado en todas las fases de las cadenas productivas a las que se dedica su población objetivo: los productores rurales. Para lograr esto, la estrategia por el lado de la oferta, ha sido la de fomentar la expansión de los servicios financieros con una adecuada gestión y administración de riesgos.
En este orden de ideas, y para tener más canales de distribución del crédito, FIRA ha diversificado el número de intermediarios financieros a fin de complementar la oferta de los bancos, operando a la fecha con 92 Intermediarios Financieros, de los cuales 66 son No Bancarios. Los IFNB con los que se opera actualmente de manera directa son: Sociedades Financieras de Objeto Múltiple, Sociedades Financieras Populares, Uniones de Crédito, Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo y con Almacenes Generales de Depósito.
FIRA busca, asimismo, consolidar esta red de intermediarios financieros para asegurar una mayor y mejor oferta de servicios financieros. En este contexto, FIRA ofrece un modelo de operación para intermediarios financieros que hace énfasis en la implementación de sanas prácticas prudenciales, corporativas y crediticias que les permitan tener niveles aceptables de rentabilidad en su operación y sostenibilidad en el largo plazo.
Si bien se han tenido importantes avances en términos del crecimiento del monto de financiamiento y el número de acreditados atendidos a través de IFNB, hay varias cuestiones por resolver para avanzar en la consolidación de este tipo de Intermediarios. Entre las más relevantes se pueden mencionar: a) asegurar la estabilidad del financiamiento de sus operaciones mediante la diversificación de sus fuentes de fondeo; b) la implementación de mecanismos y controles que eviten el sobreendeudamiento de la población atendida que conlleve a un impacto negativo en la inclusión financiera; c) el cumplimiento de la regulación y, en particular, en lo que respecta a la prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo; d) la consolidación de una plantilla de personal profesional y competente en todas las etapas del proceso de crédito; e) un mayor aprovechamiento y uso de nuevas tecnologías para ofrecer productos innovadores y útiles al sector atendido y f) mantenerse en la atención de los nichos y regiones geográficas donde la banca comercial generalmente no está participando.
De resolverse lo antes planteado, existen grandes posibilidades de que durante los siguientes años la expansión del financiamiento a los sectores de menores ingresos y a las micro, pequeñas y medianas empresas continuará de manera gradual y responsable, incrementándose así la profundización financiera y el desarrollo económico del país y en particular en el sector agroalimentario y en el medio rural de México.
*Raúl Jacobo García es especialista de la Subdirección de Atención Corporativa a Intermediarios Financieros No Bancarios en FIRA. La opinión es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.