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¿Por qué es importante humanizar la salud?
Cuando pienso en el significado de humanizar la salud, recuerdo a mi padre, el Profesor Dr. José Luis Cárdenas Ñúñez, destacadísmo otorneurólogo chileno, que dio este mensaje a los médicos durante su último cumpleaños, el 20 de junio de 2020, en plena pandemia.
La humanización de la salud es un imperativo ético que va más allá de la mera cordialidad y amabilidad en el trato, sino que también, como deriva de la propia definición de la Real Academia Española, consiste en hacer la atención en salud “… familiar y afable”. Ello es necesario, dado que el contexto en que ocurre es, habitualmente, de mayor vulnerabilidad de los involucrados, por lo que se requiere de compasión (etimológicamente, "sufrir juntos") y bondad. Implica considerar a los pacientes, primero que todo y sobre todo, como personas, no sólo como portadores de enfermedades o síntomas concretos.
La humanización en el ámbito de la salud surge debido a la necesidad de adoptar un enfoque más integral hacia la enfermedad, quien la sufre y su entorno.
Ahora bien, el sufrimiento de los que participan en la atención en salud, no se limita únicamente a los pacientes y sus familiares o cuidadores, sino que también a los profesionales de la salud que experimentan despersonalización y contextos complejos en los que deben desenvolver su labor. La excesiva tecnificación y la priorización exclusiva del proceso patológico como objetivo de actuación, han llevado a que los propios profesionales sanitarios también demanden un cambio en la dinámica dentro de las instituciones de salud.
Al centrarnos en humanizar la atención en salud, no sólo contribuimos con la salud mental, la prevención, el bienestar de los involucrados, sino que incluso con la eficiencia y eficacia en los resultados en salud. Por ello, ha sido lentamente un foco de atención de la Organización Mundial de la Salud y de algunos países, que han ido creando protocolos al respecto.
La literatura existente sobre la humanización de la salud, tiende a identificar ciertas áreas críticas.
En primer lugar, el área relacional, que incluye todos los aspectos de la humanización de la asistencia, que pueden influir directamente en la relación personal entre los profesionales de la salud, los pacientes y sus cuidadores. Entre ellos, se encuentran el respeto por la dignidad, singularidad, individualidad y humanidad del paciente, la empatía hacia ellos, el respeto por su autonomía y participación, así como el enfoque holístico. Otros elementos clave que se mencionan, son las características personales del profesional sanitario, la imparcialidad/equidad con los pacientes, así como el apoyo psicológico a los profesionales de la salud.
En segundo lugar, se identifica el área organizativa, que incluye todos los elementos relacionados con el entorno de trabajo (carga de trabajo, entre otros) y las prácticas organizativas y administrativas de las instituciones sanitarias (por ejemplo, los horarios de visita). Entre ellos, se mencionan las condiciones de trabajo y formación adecuadas, el trabajo en equipo, así como la comunicación vertical y horizontal, y la experiencia general que se viven en los centros de salud.
En tercer lugar, se menciona el área estructural, que engloba precisamente la estructura de las instituciones sanitarias (el diseño de los hospitales) y el entorno de trabajo (por ejemplo, los recursos materiales) en relación con la humanización de la asistencia en salud.
Desde las perspectivas de las posibles soluciones hacia una mayor humanización y más allá de tomar medidas para mejorar los aspectos relacionales, organizacionales y estructurales, existen, por ejemplo, evaluaciones de la costo-eficacia de la atención médica domiciliaria, precisamente por sus ventajas relacionadas con la humanización del paciente, es decir, el abordaje ambulatorio versus lo hospitalario. Esta permite tratar al paciente, en un ambiente “… familiar y afable”.
También se ha mencionado a la Salud Digital (telemedicina, entre otros), aunque suene contraintuitivo, como una emergente herramienta para humanizar la salud, ya que contribuye a mantener a los pacientes más comprometidos, informados e involucrados en sus decisiones sanitarias. El mismo argumento se ha hecho específicamente para la inteligencia artificial y cómo ésta puede contribuir a humanizar. Ello hay que entenderlo, en un contexto de sistemas de salud habitualmente colapsados, donde las herramientas digitales, que no reemplazan naturalmente el contacto humano directo, pueden permitir la conexión más fácil de pacientes y cuidadores, con el sistema de salud.
También la sociedad civil en general, especialmente por medio de organizaciones no gubernamentales, juega un rol importante y colabora en la humanización de la salud, complementando con ángulos muchas veces invisibilizados y soluciones innovadoras.
Como puede observarse, la discusión sobre la necesidad de ver a la persona y no sólo su enfermedad en el contexto de la atención en salud, crece y se hace cada día más relevante. El llamado es a cuidar en forma más integral a los pacientes, sus cuidadores y a los profesionales de la salud, los que deben conformar una comunidad en que cada miembro se desenvuelva viendo la dignidad y necesidades del otro. Esa visión es necesaria que se incorpore en los sistemas de salud, por el bien de la comunidad en su conjunto, y es responsabilidad de todos.
*El autor es experto en políticas públicas en salud, Director de la Asociación Chilena de Derecho de la Salud, ha sido académico en diversas universidades chilenas sobre temas relacionados con sistemas de salud.