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¿Qué tan permitidas, las pruebas privadas para Covid19?
No conocemos qué se debatió en la sesión extraordinaria del CSG el jueves pasado, o al menos si realmente hubo debate en torno a la correcta actuación contra el coronavirus. Si bien se informó que quedó instalada la sesión permanente, lo único reportado fueron puntos escuetos en apoyo a lo hecho por la Secretaría de Salud. No sabemos, por ejemplo, si se discutió la necesidad de hacer un muestro más extenso o generalizado en cierto segmento de población en riesgo.
Ello generó decepción entre un amplio sector de la población, incluido un gran segmento académico y científico, donde la percepción es de angustia ante el ejemplo de España e Italia que se tardaron en actuar y se han visto rebasados. En México hay una creciente exigencia por aplicar medidas más férreas para evitar que nos pase lo mismo.
Las pruebas de detección para #Covid19 hechas por el Indre y laboratorios estatales se han acrecentado pero han sido muy limitadas. La demanda de personas que viajaron a países con alto contagio y desean hacerse la prueba se detonó sobretodo a partir del brote surgido de viajeros mexicanos que fueron a esquiar a Vail, Colorado, entre enero y febrero. El nerviosismo arreció con la convención bancaria realizada en Acapulco donde detonó la noticia del contagio de Jaime Ruiz Sacristán, presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, y previamente el del empresario José Kuri quien no ha fallecido formalmente como circuló en redes sociales, pero según nos enteramos, lamentablemente sí se le declaró muerte cerebral.
En Jalisco es donde más impactó el brote de Covid-19 por viajeros a Vail, y de ahí que el gobernador Enrique Alfaro ha sido férreo en ordenar el paro de labores por al menos 5 días en todo el estado. Otros estados han actuado en similar sentido.
Esa respuesta diferenciada se da ante la falta de acciones más contundentes de parte del Consejo de Salubridad General, el que por ley debe marcar la pauta a todo el país, a sanos y enfermos.
Los voceros de la Secretaría de Salud habían advertido desde días atrás que no iban a permitirse pruebas privadas, pero posteriormente sí incluyeron en la lista al Hospital ABC y el Hospital Angeles Interlomas, ambos de la ciudad de México. Lo que pasa es que éstos dependen a su vez de insumos del Instituto Nacional de Diagnóstico (Indre).
La demanda de pruebas de parte de la ciudadanía llegó a tal grado que laboratorios privados como Biomedica y El Chopo con capacidad para hacer test moleculares empezaron a ofrecer la prueba rápida. Pero ambos dieron un paso atrás indicando que la autoridad se los había prohibido. Después Biomedica dijo que las tendrá de nuevo a partir de este lunes.
Vale señalar que para pruebas rápidas no se requiere validación del Indre; basta que tengan registro sanitario de Cofepris. Cuando la influenza en 2009 el país no tenía infraestructura para hacer ese tipo de pruebas y tardaban mucho porque las muestras tenían que llevarse a Estados Unidos, pero por fortuna ahora México cuenta con esa capacidad tecnológica no sólo en sector público sino también en sector privado; no habría razón para no aprovecharla, sobretodo a la luz de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros gobiernos más adelantados en la epidemia de que el esfuerzo se enfoque antetodo en el diagnóstico.
En Estados Unidos la FDA recién aceleró la aprobación de otros dos test y ya tiene 4 aprobados; los insumos vienen también de Korea y otros de China. En México la resistencia a hacer testeo más amplio, interpretan algunos, es el temor de la autoridad a perder el control en las cifras, pero en los hechos los funcionarios ya han reconocido que tenemos un inevitable subdiagnóstico.