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Opinión

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Transformación y libertad económica

Las reformas son procesos de cambio que buscan sustituir la distribución de la riqueza con la distribución de oportunidades.

En materia de libertad económica, México representa un caso donde, si bien se han realizado avances, aún existen grandes desafíos que enfrentar y un largo camino por recorrer. El Informe de Libertad Económica recomienda los siguientes pasos:

1. Simplificar el sistema fiscal sustituyendo el ISR por el IETU. El sistema dual complica los costos de cumplimiento. El IETU es un impuesto simple, el cual incentiva inversión al desgravar la misma, dando lugar a incentivos positivos. Otras mejoras en el sistema fiscal son la eliminación del impuesto a la tenencia vehicular y el universo de impuestos especiales.

2. Permitir inversión privada en el sector energético. Las restricciones actuales explican la falta en inversión para investigación y desarrollo, así como la inversión en refinerías, lo cual representa un problema significativo para la sustentabilidad energética. La falta de competencia se manifiesta en la deficiente calidad y los altos precios de combustibles.

3. Reformar la Constitución para definir claramente los derechos de propiedad. Esta tarea es, en el actual ambiente político, equiparable a una misión imposible. Pero la realidad es que las bajas calificaciones que recibe México en materia jurídica obligan a impulsar una nueva reforma para que los derechos de propiedad sean reconocidos y no concesionados, con el fin de fomentar la inversión y reducir el riesgo de expropiación arbitraria. El Artículo 25 constitucional, por ejemplo, dice que el Estado tiene el mandato de planear, coordinar, conducir y dirigir la actividad económica nacional. Esta norma es incompatible con la libertad económica y con los derechos de propiedad bien definidos.

4. Liberalizar el mercado laboral. Impulsar la flexibilización al permitir el despido por causas económicas (disminución estacional de la demanda, etcétera). Se recomienda eliminar la exclusión que hacen sindicatos al impedir que los patrones contraten a trabajadores que no estén afiliados al mismo. Asimismo, se debe fomentar el cambio en la estructura vertical laboral por una que incentive productividad, al permitir pagos diferenciados para trabajadores que lo merezcan.

Estas reformas son procesos de cambio que toman tiempo. El desafío de la transformación; sin embargo, es sustituir la distribución de la riqueza (y el bajísimo rendimiento del gasto público) por la distribución de oportunidades, es decir, de las posibilidades de crecimiento para todos los ciudadanos.

rsalinas@eleconomista.com.mx

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