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Opinión

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Un cambio interno en la visión de China

Sean los demócratas o los republicanos los que ocupen La Casa Blanca a partir de enero del 2025, México debe tener claro que para ambos China es visto como un competidor comercial al que hay que contener.

Evidentemente que cambiarían mucho las formas de reaccionar de un gobierno de continuidad demócrata, ya sin Biden, que uno encabezado por Donald Trump, donde los malos modos y los aranceles presionarían a México para tomar distancia con el gigante asiático.

El discurso de este pasado fin de semana del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, respecto a la futura relación de México con China es un claro guiño hacia la tan importante región norteamericana, pero también es un giro en la política interna mexicana.

La virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se muestra dispuesta a acompañar al presidente saliente, López Obrador, en estas giras del adiós que se ha auto organizado y que han sido el escenario para que el líder moral, la encarnación del pueblo bueno, se lleve al retiro el amor de las masas.

Pero también han sido el espacio donde se define que las políticas públicas que vienen son las de la futura mandataria.

Eso es lo que sucedió en San Luis Potosí donde Ramírez de la O, frente a su jefe saliente y su jefa entrante, tomó la estafeta de la relación comercial México-China y delineó la futura política comercial con ese país asiático que es contraria a la que definió recientemente López Obrador.

Fue apenas el 25 de marzo pasado que el Presidente que ya se va defendió la relación comercial con China en su estatus actual. Tras una advertencia de La Casa Blanca de que México podría enfrentar la imposición de aranceles por la triangulación comercial de acero y aluminio, López Obrador equiparó la relación de América del Norte con la del país asiático.

Va a continuar la inversión china, mantendremos la relación comercial con Estados Unidos, con Canadá y también con China, porque nosotros no tenemos ninguna protesta contra China, todo eso dijo Andrés Manuel López Obrador.

Tanto así que desde Beijing le llegó un caluroso agradecimiento por sus palabras.

Pero ahora, con todas sus letras y frente a López Obrador, Claudia Sheinbaum define la política pro-Norteamérica de su gobierno a través de su futuro Secretario de Hacienda.

Y no es por amenazas de la representante comercial estadounidense, Katherine Tai, o del candidato republicano, Donald Trump, es por el mero sentido común de ser parte de un bloque comercial y ser usados por un país como China.

Habrá que ver si las cuentas de creación de empleos por la sustitución de importaciones chinas, tanto en México como en Estados Unidos y Canadá, que hace el titular de Hacienda pueden cuajar.

Pero, de entrada, llama la atención que Ramírez de la O asuma el liderazgo de plantear un giro en la política comercial de México frente a su actual jefe, que tanto simpatiza con los comunistas y dictadores del mundo, y que, además, sea el titular de la Secretaría de Hacienda y no el futuro secretario de Comercio quien se ponga al frente de una definición tan importante como la que hizo el fin de semana en San Luis Potosí.

ecampos@eleconomista.mx

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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