Corinne Toledano y su arte transcultural

El arte de Corinne Toledano es un reflejo de su vida nómada entre distintos países y culturas. En su entrevista, queda claro cómo Marruecos, México y Venezuela no sólo la marcaron como persona, sino que moldearon su visión artística y su capacidad para retratar el alma de los lugares que ha habitado. Es en Marruecos donde Corinne aprende a leer los matices en los patrones geométricos, los cuales no solo cuentan historias antiguas, sino que también capturan la esencia de una arquitectura repleta de historia. Los colores cálidos y vibrantes del desierto se convierten en una parte esencial de su paleta, ofreciendo una perspectiva artística que mezcla lo orgánico con lo arquitectónico.

El tiempo que pasó en Venezuela profundizó aún más su arte, al exponerla a los contrastes inherentes del país: belleza y complejidad, naturaleza y lucha. La artista se sumerge en la vibrante vida de Venezuela, donde los paisajes se entrelazan con la resiliencia de su gente. Su trabajo busca capturar esa dualidad; en sus pinceladas, nos muestra cómo la belleza natural puede coexistir con la lucha humana, todo ello impregnado de una energía optimista.

México, por su parte, le ofrece una celebración constante de la vida cotidiana, donde lo más simple se convierte en lo sagrado. Corinne observa y traduce la esencia de la vida diaria en México, la textura de sus calles, los colores vivos que adornan hasta el rincón más humilde. Es en esta cotidianidad donde encuentra la carga simbólica que impulsa sus obras, un recordatorio de la conexión intrínseca entre lo cotidiano y lo trascendente.

A lo largo de la conversación, queda claro que no solo retrata lugares y paisajes, sino también historias. Cada obra suya es una narrativa visual que puede surgir de experiencias personales o de la influencia de artistas que ella admira. Su proceso creativo no sigue una fórmula estricta, sino que es un flujo constante entre lo vivido y lo admirado, siempre adaptado a su propio estilo.

En los últimos años, la escultura ha comenzado a ocupar un lugar central en su vida artística. A diferencia de la pintura, donde todo ocurre en un plano bidimensional, la escultura le permite explorar el espacio y crear algo tangible. Esta nueva disciplina amplía su visión y le ofrece la posibilidad de pensar sus ideas de manera tridimensional, fusionando sus conocimientos en pintura y escultura para crear piezas ricas en textura y profundidad.

Corinne describe su enfoque artístico como "romántico, anecdótico e impresionista", buscando capturar emociones y momentos efímeros. En sus obras, lo romántico se manifiesta en la belleza emocional de cada escena, mientras que lo anecdótico cuenta pequeñas historias o recuerdos personales. El toque impresionista aparece en la forma en que sus pinceladas sueltas y colores reflejan más una sensación que una imagen concreta. Su arte no es meramente visual; es una experiencia emocional que invita al espectador a sentir, más allá de lo que ven sus ojos.

El color, por supuesto, juega un papel fundamental en su obra donde utiliza los tonos para reflejar emociones y narrativas específicas. Colores vibrantes para momentos de alegría y pasión, tonos más fríos para estados de calma o melancolía. Cada color está elegido cuidadosamente para guiar al espectador a través de las emociones que la artista desea evocar.

A lo largo de su carrera, nunca ha dejado de aprender. Su búsqueda constante por nuevas técnicas y disciplinas le permite crecer como artista. Lo que la motiva no es solo la necesidad de mantenerse relevante, sino la curiosidad y el deseo de innovar. Actualmente, se encuentra inmersa en proyectos de escultura en barro, experimentando con materiales naturales y reciclados, y buscando expandir los límites de su trabajo.

Finalmente, Corinne espera que quienes vean su obra por primera vez encuentren en ella una conexión emocional. No pretende imponer un mensaje concreto, sino que cada espectador descubra algo personal en sus personajes y paisajes. Su arte busca tocar, emocionar y, sobre todo, permanecer en la memoria.

No es solo una artista, es una narradora visual que ha sabido captar la esencia de los lugares y las personas que han sido parte de su vida. Su arte es una invitación a sentir.