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¿Cuántos tacos al pastor comería Donald Trump?
Donald Maduro o Nicolás Trump.
El presidente estadounidense no cree en las variables exógenas ni en la utilidad marginal decreciente.
La economía, según Trump, se puede manejar con decretos. Lo piensan los dictadores, pero a una economía de mercado no se le tutela a través de una autocracia.
Al calor de unos tragos de un sábado por la noche un grupo de jóvenes llega a una taquería en horas bajas de la madrugada. No han cenado. La utilidad marginal que les proporcionará el primer taco de pastor será mucho mayor que la del cuarto o el séptimo taco. Al intentar comer el noveno taco uno de los jóvenes se lleva sus manos al estómago. “No puedo más”. En efecto, la utilidad marginal es decreciente.
Para Trump, por su deseo y punto, podría usar el Jardín de las Rosas para explicarnos con 10 hojas de powerpoint que la utilidad marginal, para él, es creciente. Nos dirá que la cuarta hamburguesa que se comió por la tarde le gustó más que la primera, la que le llevaron a su oficina una hora antes.
Dejemos la utilidad marginal de los tacos de pastor y las hamburguesas, y observemos por un momento la ventaja comparativa del comercio internacional.
David Ricardo comprobó que la especialización es la ruta más corta para lograr éxitos en el comercio internacional. El país A produce fresas y el país B produce manzanas. No hay más países en este mundo hipotético. ¿Por qué razón el país A debería de producir manzanas si puede ser más eficiente produciendo y vendiendo fresas al país B y comprando manzanas al país B?
Trump apela a su fe para explicarnos que los mercados financieros revertirán en un futuro los malos resultados que obtuvieron ayer jueves; no quiere entender que Wall Street reacciona con información y expectativas, no por decretos.
Existió una época en la que los presidentes lo eran por su preparación educativa y su meritocracia laboral. No deja de causar asombro que el presidente de Estados Unidos justifique la imposición de aranceles al mundo entero hablando solo del déficit comercial.
Datos del Banco Mundial revelan que durante los últimos treinta años, el déficit de la balanza de bienes y servicios de Estados Unidos con el resto del mundo equivale al 2.8% de su PIB, frente al superávit promedio anual del 1.8% en Europa y del 2.2% en China. ¿Y? Estados Unidos conservó su hegemonía.
El atractivo de Estados Unidos no se encuentra en la balanza comercial, se encuentra en el capital. Atrae capital del exterior.
¿Por qué razón Trump echa mano de los aranceles?
Intenta tomar decisiones rudas que le ayuden a esconder su impotencia e inexperiencia frente al poder político; busca la imposición (suma cero; cree que siempre debe ganar); su estructura mental la formó en los tiempos de su padre.
El “cuarto de máquinas” de la Casa Blanca refleja los rasgos de una potencia hegemónica, pero Trump ha decidido desinstalarlo para colocar máquinas del siglo pasado.
Trump celebró el miércoles el día de la liberación, pero en realidad fue el día del ridículo. Fue un viaje al pasado, cuando los europeos que se repartieron África hicieron las divisiones geográficas con reglas y escuadras. Solo líneas rectas sobre el mapa.
En 72 días Trump acabó con el poder blando de su país (USAID); envió a inocentes a la cárcel de Bukele, degradó su política exterior y presumió su desconocimiento sobre economía con planas de powerpoint.