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Opinión

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Culiacán: 40 días y contando…

Después de más de un mes, la violencia no cesa en Culiacán y zonas aledañas. Tan solo estos últimos días, reportes de enfrentamientos entre civiles armados cobraron la vida de 2 personas el sábado, muertes que se suman al registro que la Fiscalía del Estado de Sinaloa ha dado a conocer, tomando un periodo entre el 9 de septiembre al 17 de octubre de este año, contabilizando 40 días de infierno en los cuáles la lucha por parte de grupos de la delincuencia organizada no da tregua, y la búsqueda de someter a grupos contrarios para lograr el control territorial es el objetivo, a pesar de las lamentables pérdidas de vidas humanas -alrededor de 200 homicidios-, así como graves afectaciones económicas, mismas que han alcanzado un acumulado en pérdidas de aproximadamente 13 mil millones de pesos entre Culiacán, Elota y Navolato, de conformidad a información de la Unión de Locatarios del Centro de Culiacán.

En este periodo, en el registro oficial, la fiscalía del estado reporta al menos 172 homicidios, de los cuales 3 han sido feminicidios, 209 privaciones ilegales de la libertad, de las cuáles se han localizado a 72 personas con vida y a 27 sin vida, 372 denuncias por robo de vehículos y 256 denuncias por robo a comercio. Por su parte, el Consejo Estatal de Seguridad Pública ha reportado que en las confrontaciones armadas se han reportado 192 asesinatos y 224 desapariciones forzadas, a su vez, se ha reportado el desplazamiento forzado de al menos 200 familias en el sur del estado por la violencia y la pérdida de 2000 mil empleos formales aproximadamente.

La gravedad que se vive en Culiacán y zonas aledañas contiene factores complejos que requieren una atención multidimensional. Es un territorio donde la criminalidad es quien ejerce el uso ilegítimo de la fuerza contra sus enemigos, pero a su vez contra inocentes, controla los espacios de circulación y vías de acceso a los municipios de interés para las lógicas delictivas, impide que la ciudadanía pueda llevar a cabo sus actividades cotidianas, afecta la vida económica, social y psicológica de sus habitantes, lo cual, a su vez vulnera los espacios económicos que la delincuencia desordenada aprovecha, como efecto del caos, para desarrollar actividades criminales predatorias contra los ciudadanos, aprovechando las oportunidades que la propia inercia delictiva, auspiciada por una falta de contención homologada preventiva por parte de las autoridades logre restablecer el control en espacios estratégicos -por ahora se sabe que la policía realiza operativos preventivos en el cetro comercial de la localidad pero no en el sur y zonas aledañas- . A su vez, la semana pasada, el ataque al diario El debate, nos deja ver los niveles de control e intimidación por parte del crimen, sin que hasta el momento haya detenidos sobre estos hechos.

Así, después de 40 días y con un despliegue territorial de más de 2000 militares en el estado, -la semana pasada se envió el cuarto contingente conformado por 250 elementos a reforzar la zona, quienes desempeñarán tareas de inteligencia y a poyarán operativos en la entidad., junto con 10 vehículos Ocelot (“Ocelotl”, vehículos de reconocimiento) continúan grandes retos para consolidar la estabilidad en algunas zonas del estado. Con este despliegue de fuerza y capacidad de prevención, valdría la pena analizar que la situación de Culiacán y zonas aledañas históricamente no es solamente una cuestión de poder de fuego, despliegue territorial militar y vehículos especializados, el reto sigue siendo el poder desarrollar una estrategia coordinada , inteligente y simultánea donde se puedan desactivar operaciones de capacidad de abastecimiento y resguardo armamento, logística y recursos económicos de los grupos criminales, controles de acceso y comunicación a zonas de interés delictivo, una desactivación de células operativas a nivel local y regional, de la mano de una fuerte labor de prevención ciudadana en zonas estratégicas. Hemos insistido mucho que los espacios operativos son la fortaleza de los grupos delictivos, y si las autoridades les prestan la debida atención, podrán hacer intervenciones quirúrgicas, que no tengan que apuntar a enfrentamientos y confrontaciones con uso excesivo de la fuerza, sino que apueste al debilitamiento y desorganización de las lógicas y operaciones delictivas, al mismo tiempo que se recuperan los espacios de interés criminal. Veremos en los siguientes días, que resultados arroja la estrategia en Sinaloa, ya que el tiempo no se detiene…y la sociedad merece vivir en paz…

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