La Cultura de la Paz, imponer el "plan C"

"La vida es una tómbola", Algueró y Guijarro.

Los ganadores del Premio Nobel de Economía de este año son tres destacados economistas quienes coinciden en sus investigaciones respecto de que los países con un pobre Estado de derecho no generan un crecimiento sostenible ni mejoras para sus habitantes.

La Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina, que agrupa a 73 partidos políticos, entregó al Secretario General de la ONU un informe en el que señala que México sufre una seria “deriva autoritaria” que pone en riesgo las instituciones de la democracia.

Mientras tanto, en México los ataques para lastimar su sistema democrático no tienen tregua. La destrucción del Estado de derecho y la distorsión de la realidad avanzan.

Sin quitar una sola coma, sin técnica legislativa, en absoluta improvisación y desaseo legislativo los diputados y senadores oficialistas, todavía al servicio del exmandatario y en apego a la fe ciega que les impuso, se empecinan en aprobar a todo vapor y con el método de la “aplanadora” reformas constitucionales del denominado Plan C que significan un retroceso institucional. Para ese trámite legislativo es evidente que no se leen las iniciativas, menos se analizan, y se canceló el debate parlamentario gracias a la sobrerrepresentación que se consiguió el oficialismo.

Una de esas reformas ordenó el traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, con lo que se militariza más al país. No extrañaría que en alguna otra absurda ocurrencia se pretendiera aplicar la “ruleta rusa” para la eliminación de cargos militares, como reflejo de la lotería para destituir a ministros, magistrados y jueces.

Es altamente probable que la Reforma Judicial no contribuya al combate a la corrupción ni a la impunidad que les atribuye el oficialismo a los poderes judiciales. La elección masiva de juzgadores por voto popular sólo acentuará la incertidumbre y propiciará una facciosa administración de justicia.

Como ocurre cuando las cosas se hacen de forma acelerada y sin cuidado, el texto constitucional modificado en el marco de la Reforma Judicial contiene “errores de primaria”. En efecto, como resultado de haber legislado sobre las rodillas, es evidente la necesidad de corregir las contradicciones que contiene, tal es el caso de la que aparece en los artículos 94 y 97 constitucionales, recién modificados como parte de la misma.

Ello significa que, al verse obligados a reformar la Reforma Judicial, se abre la posibilidad de que se reconsidere para transformarla en algo viable y útil que incluya expresamente un mayor y mejor aprovechamiento de la mediación y de los demás mecanismos alternativos de solución de controversias como la vía democrática y eficaz de acceso a la justicia que significan, así como la redefinición de qué juzgadores podrían ser electos y cuáles habrían de acceder a los cargos de la administración de justicia por la vía de una carrera judicial. Esta es una oportunidad a la mandataria de hacer política y en vez de debilitar la división de poderes, propiciar su fortalecimiento.

El apremio en el uso de la tómbola para definir qué cargos de la administración de justicia habrán de ser votados en la primera fase, confirma la urgencia por eliminar la carrera judicial, en vez de aprovecharla. Con los sorteos, la definición de juzgadores, sin duda también la administración de justicia, dependerá de la casualidad, del azar. Con la primera tómbola judicial, que carece de luz y de color, “organizada” por el Senado en funciones de casino, que también confundió a legisladores por el cúmulo de cargos a rifar, y en la que hasta las esferas se les cayeron, se definió el futuro de 464 magistraturas de circuito y 386 de juzgados de distrito que serán electos en 2025 y se determina la destitución de 350 magistrados de circuito y de 361 jueces de distrito en funciones, quienes han cumplido con su trabajo. Es inaceptable que, con toda ligereza, el oficialismo pretenda tirar a la basura la carrera judicial de 711 profesionales que han escalado en el Poder Judicial por méritos propios, por su experiencia y su formación altamente calificada. Parece ignorarse que la gran demanda de administración de justicia no ocurre a nivel federal, sino a nivel local.

Estamos frente a la espuria cosecha de la estrategia de desprestigio infundado a todos los integrantes de los poderes judiciales federal y locales, que impulsara y desplegara el exmandatario con el propósito de engañar a la población a través de su maquinaria de propaganda y como parte del discurso de campaña de la entonces candidata presidencial. No se detuvieron en difundir que en los poderes judiciales, según sus palabras, había corrupción y que sus integrantes formaban parte de la “mafia del poder”.

Con la aprobación de las reformas constitucionales se trastoca todo el sistema institucional del Estado mexicano sin que los legisladores tengan una idea clara ni del número de artículos de la Carta Magna.

Vemos como, sin recato alguno, se continúan aplicando medidas para obstaculizar el adecuado funcionamiento de los organismos autónomos que, según declaraciones del coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, su extinción la aprobarán antes de que termine este año.

En total se pretenden reformar 39 artículos de la Constitución dentro del Plan C y de esa forma ejecutar la venganza transexenal ordenada por su líder. Esa nociva e ilegal expansión del dominio gubernamental en combinación con el poder y el mando que ejercen los criminales en cada vez más regiones de la nación, afectará irremediablemente los derechos y las libertades del pueblo.

Siendo el diálogo y la negociación la principal característica de la política, la presidenta ha renunciado a ejercerla. No se reunirá ni con las oposiciones ni con la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Se olvida que el odio es opuesto a la cultura de la paz. Es nuestro deber abordar tan delicado tema e insistir en el peligro que implica propiciarlo y en la necesidad de mitigarlo.

*El autor es abogado y mediador profesional.

Contacto: mediador.negociador@gmail.com

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