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OCDE y la Seguridad del Abasto de Productos Médicos

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OpiniónEl Economista

En el reciente informe de la OCDE titulado “Securing Medical Supply Chains in a Post-Pandemic World”, publicado este año, se analizan (ver video) los riesgos y vulnerabilidades de las cadenas de suministro de medicamentos y dispositivos médicos. Este estudio destaca la importancia de fortalecer la resiliencia de estas cadenas para enfrentar futuras crisis sanitarias.

En el informe se indica que las cadenas de suministro médico son complejas y están altamente internacionalizadas, lo que las hace vulnerables a interrupciones. También se puntualiza que la pandemia de COVID-19 exacerbó estas vulnerabilidades, causando escasez de productos esenciales como antibióticos.

Como puntualiza la OCDE, el comercio mundial de productos farmacéuticos se ha multiplicado por 10 en los últimos 30 años, alcanzando los 900,000 millones de dólares en 2022, y los insumos intermedios (por ejemplo, los ingredientes farmacéuticos activos) representan ahora la mitad del movimiento total de mercancías en valor, probablemente mucho más en volumen.

Respecto de los problemas de desabasto se revela que los problemas de fabricación y calidad representan entre el 50-60% de los casos, mientras que los “problemas comerciales” suelen afectar más en los mercados de medicamentos genéricos, donde existe una presión competitiva de precios muy intensa.

La OCDE propone una seria de posibles medidas para reducir los riesgos de desabasto de productos médicos.

La primera de ellas es mejorar la visibilidad y aprovechar la información en toda la cadena de suministro, para anticipar posibles desabastos y, en la medida de lo posible, evitarlos. A juicio de la OCDE, en la actualidad, los reguladores carecen de información sobre cadenas de suministro para evaluar su vulnerabilidad y dependen principalmente de los fabricantes para notificar la escasez o los riesgos potenciales de desabasto. A su juicio, esto requiere de cambios regulatorios que impongan el intercambio de información y significativas inversiones en infraestructura de datos y análisis.

En segundo lugar, las políticas públicas deben centrarse, a juicio de la OCDE, en abordar las causas raíz de la escasez de medicamentos, para mitigar (o reducir) dichos riesgos. Para abordar los problemas de calidad, las autoridades públicas deben exigir a los fabricantes que mantengan sistemas de gestión de la calidad que cumplan las normas establecidas más estrictas y que supervisar su aplicación.

Para los mercados en los que se sospecha que una presión excesiva sobre los precios conduce a degradación de las normas de calidad, retiro de productos y salidas del mercado, así como concentración de la oferta para lograr economías de escala, existen alternativas que contribuyen a reducir dichos problemas.

La OCDE plantea en este contexto que los enfoques estratégicos de compras públicas que consideran criterios distintos al precio pueden también aliviar cierta presión sobre los precios, al mismo tiempo que elevan la importancia de la seguridad del suministro en la toma de decisiones. Menciona específicamente los criterios de la “oferta económicamente más ventajosa” (MEAT, por su sigla en inglés) recomendados por la Comisión Europea como una manera para una contratación más estratégica.

Respecto de la diversificación del suministro, la OCDE sostiene que pueden requerirse de acciones adicionales. Así menciona que las políticas de relocalización y nearshoring están en la agenda política de varios países que buscan reducir la dependencia de fuentes altamente concentradas de ciertas materias primas, ingredientes farmacéuticos activos y productos terminados. A juicio de la OCDE, estas políticas pueden expandir la capacidad de producción, reducir la concentración de la oferta y ayudar a satisfacer la creciente demanda global. Sin embargo, se debe considerar cuidadosamente su implementación, ya que implican un costo sustancial.

En tercer lugar, la OCDE se centra en fomentar una mayor agilidad y flexibilidad en el sistema para reducir los riesgos de interrupciones potencialmente perjudiciales en el suministro. La OCDE plantea que la facilitación del comercio y la armonización de los requisitos regulatorios para la autorización de comercialización facilitarían el movimiento de bienes entre países. Las estrategias de inventario adecuadas y las políticas de almacenamiento o stock de reserva coordinadas pueden ayudar a mitigar las escaseces debido a saltos inesperados en la demanda y/o interrupciones en las cadenas de suministro a corto plazo, pero tienen una efectividad limitada en interrupciones a largo plazo. Sin embargo, advierte la OCDE, que la proliferación de políticas nacionales de almacenamiento puede empeorar las brechas de suministro. El almacenamiento regional y coordinado puede ser una opción para responder a los desajustes a corto plazo entre la oferta y la demanda, permitiendo una rápida reasignación de stocks donde más se necesiten.

La OCDE reflexiona finalmente que los países necesitan capacidades adicionales para prepararse y mitigar los riesgos en las cadenas de suministro médico en caso de una crisis severa, haciendo un llamado a la cooperación internacional y la estrecha colaboración entre el sector privado y los gobiernos para asegurar una respuesta cohesiva, colectiva y eficiente. La OCDE sugiere específicamente que las partes interesadas deben trabajar juntas para establecer procesos para definir listas de productos críticos específicos para diferentes situaciones de emergencia y poner en marcha mecanismos para monitorear los flujos internacionales y regionales de estos productos. Estas listas también podrían usarse para la adquisición conjunta entre varios países.

En resumen, el informe de la OECD proporciona un marco muy robusto e integral para fortalecer las cadenas de suministro médico, asegurando que los sistemas de salud sean más resilientes y capaces de enfrentar futuras crisis sanitarias. Ello va precisamente en el sentido de la negociación del Acuerdo de las Pandemias, sobre el cual hemos hablado en otras oportunidades.

Crisis de abasto de productos médicos, hemos tenido y seguiremos teniendo en diversas partes de mundo, ahora es el momento de enfrentarlas con decisión, tomando en consideración recomendaciones de políticas públicas ampliamente aceptadas, como las planteadas por la OECD.

*El autor es experto en políticas públicas en salud, ha trabajado para diversas asociaciones e industria relaciona con estas materias, desempeñándose también a nivel académico.

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