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Opinión

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Las remesas, factor de estabilidad social

L as remesas en dólares que envían los trabajadores mexicanos que laboran en Estados Unidos a sus familiares en México, son tan importantes que constituyen un factor de estabilidad social. En Chiapas esas remesas representaron el año pasado 53% de los ingresos de los hogares. Después están Guerrero con 51% y Zacatecas con 48 por ciento.

Estas entidades son las más rezagadas del país económica y socialmente con un alto grado de informalidad laboral, de 75% en Chiapas, 78% en Guerrero y 60% en Zacatecas.

Chiapas, que tiene los peores indicadores de pobreza, con el programa “Quédate en México” que se estableció en el primer gobierno de Trump, consistente en retener en México, en su frontera sur, a los migrantes, principalmente de Centroamérica, ha convertido ese espacio en un foco de violencia en donde operan los cárteles de la droga y del crimen organizado.

También las remesas llegan a todos los estados del país. Sobresalen los montos de remesas recibidos por los hogares en los estados de Michoacán, Guanajuato y Jalisco que representan 25% del total de los envíos recibidos.

El monto total que recibió el país de remesas represento 3.6% del PIB en el 2024, similar al gasto en salud, de 3.2% del PIB. Según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo, sacaron de la pobreza a 2.2 millones de personas y fue un factor de la estabilidad del peso.

El fenómeno migratorio asociado a las remesas se explica por la vecindad geográfica y a la diferencia notable de los salarios. A pesar de los problemas, hay el deseo de más de 2 millones de personas en México que quisieran irse a Estados Unidos.

Al ser inminente la contracción de los flujos migratorios al igual que las deportaciones es previsible que se reduzcan los montos de las remesas, con el efecto de afectar a los hogares que las reciben.

La contracción de la migración va a afectar el precio de los bienes que se producen y los servicios que se prestan, al tener que pagar salarios más altos a la población que realice esas actividades.

En Estados Unidos los migrantes realizan actividades que los estadounidenses, incluyendo a la población de color, desprecian. Una parte de la sociedad los demanda, mientras que otra, racista y xenofóbica los detesta, los humilla y siempre que puede los agrede.

En el contexto global, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, dice: “Los países que afrontan migración en primera línea merecen solidaridad”. Tiene razón. Es un problema global. Hace tiempo que se necesita un planteamiento con soluciones. Se requieren inversiones en los países que expulsan a su población que busca espacios para trabajar y seguridad personal.

Escritor y licenciado en economía, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. De 1984 a 1990 fue embajador de México ante el Reino de Dinamarca, donde se le condecoró con la orden Dannebrog.

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