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Trump deroga ley anti-mordidas, ¿qué puede ir mal para México?
¿A usted todavía le indigna la corrupción? El mismo día que nos enteramos de que México retrocedió en el ranking de corrupción de Transparencia Internacional hasta el sitio 140 (con una calificación de 26 sobre 100), Donald Trump firmó una orden ejecutiva para congelar el cumplimiento de la Ley que sanciona a las empresas de su país por prácticas corruptas en el extranjero, conocida como FCPA, por sus siglas en inglés.
Fueron dos pésimas noticias relacionadas con corrupción, pero ninguna de las dos califica como sorpresa. El fracaso del sexenio lopezobradorista en el combate a la corrupción se plasmó en la impunidad de casos notables como Segalmex y se reflejó en un retroceso en las calificaciones de Transparencia Internacional. En 2019, ocupamos la posición 130 y teníamos una calificación de 29. Decir fracaso está justificado. Todo el mundo pensaría que en corrupción habíamos tocado fondo en el sexenio de Peña Nieto, pero no fue así. Bajamos aún más: en el sexenio de AMLO no alcanzamos el sistema de Salud de Dinamarca; tampoco se rescató a Pemex y comprobamos que lo de barrer la escalera de arriba hacia abajo fue sólo una exitosa frase de campaña.
La instrucción que firmó Donald Trump el 11 de febrero para congelar la aplicación de la FCPA (Foreign Corrupt Practices Act) es una de 60 órdenes ejecutivas que ha activado el presidente de Estados Unidos desde que llegó a la Casa Blanca por segunda vez. Ningún presidente había firmado tantas órdenes ejecutivas en los primeros cien días. Algunas son ocurrencias que servirán de insumo para memes, pero esta es otra cosa: pavimenta el camino para que se relajen los controles anticorrupción en las empresas estadounidenses que operan en otros países, México, por ejemplo.
¿Qué hay detrás de la decisión? Donald Trump 2.0 está en plan desregulador y quiere eliminar las leyes y reglamentos que, según él, quitan competitividad a las empresas de Estados Unidos. El presidente estadounidense afirma que están compitiendo con las manos atadas contra compañías que no tienen leyes similares en sus lugares de origen. La realidad es que Gran Bretaña, Francia y Japón, entre otros, tienen leyes similares a la FCPA.
La Foreign Corrupt Practices Act prohíbe que las compañías de EU consigan o retengan nuevos negocios mediante la corrupción de oficiales de Gobierno en otros países. Es una ley anti-mordidas que metía miedo y obligaba a portarse bien a algunos tramposos. La decisión de Trump no es el fin del compromiso de Estados Unidos en este asunto, pero puede ser el principio del fin. La orden ejecutiva pone una pausa de 180 días a todas las investigaciones que estén en marcha. Ordena, también, que no se abran nuevos casos durante este periodo.
En la nueva lógica del Departamento de Justicia, se trata de dar prioridad al combate a la corrupción vinculada a Organizaciones Criminales Transnacionales y a cárteles de narcotraficantes. La persecución de casos de corrupción corporativa no está en los primeros lugares en la lista del Departamento de Justicia ni de la oficina del Abogado General.
¿Qué harán las empresas? Por el momento, hay mucho caos y queda por ver qué pasará con las prácticas de compliance (cumplimiento), que algunas de las corporaciones llevan implementando desde hace varios años, porque la FCPA entró en vigor en 1977. En los próximos meses, tendremos una idea más clara de cómo queda la aplicación de la ley y la persecución de las prácticas de corrupción de las empresas en el extranjero. Hay dudas, por ejemplo, en lo que pasará en el Mercado de Valores, porque la Securities and Exchange Commission tiene sus propias normas para exigir buenas prácticas a las empresas que caen en su “territorio”. Hay dudas y caos, pero pronto tendremos más claridad. Podemos citar a Warren Buffett (fuera de contexto): “Cuando se vaya la ola, veremos quiénes no traen traje de baño”.
Lo que es evidente es que los cielos se siguen oscureciendo, mientras Trump celebra: “Congelarla traerá un montón de nuevos negocios para América”, dijo el mandatario, luego de firmar el documento. ¿Cuántos “nuevos negocios” se producirán en México? Somos el 140 de la lista de Transparencia Internacional. El último de la fila, entre los países de la OCDE, somos el lugar 38 de 38. ¿Qué puede salir mal para México?