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Política

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APEC: relaciones del colectivismo auténtico

Entre las tareas primordiales de la Cumbre que viene veremos la confirmación de la postura de APEC acerca del papel complementario de los acuerdos comerciales regionales.

El 19 y 20 de noviembre en Lima se celebrará la reunión anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por su sigla en inglés). Los líderes de los 21 países participantes se darán cita para discutir los problemas económicos palpitantes a nivel global y trazar metas para el futuro.

La Cumbre se realizará sobre el telón de fondo de una situación turbulenta en la política y la economía mundial. El continuo proceso de formación de un nuevo orden mundial policéntrico está acompañado de creciente inestabilidad. Aumentan los riesgos relacionados con el terrorismo y el extremismo, los conflictos regionales, la crisis migratoria. Se propagan las así llamadas guerras de la información destinadas a socavar a los estados soberanos. Con los mismos objetivos deshonestos, ciertos países acuden cada vez más a la práctica de sanciones comerciales y financieras ilegales, ignorando las prerrogativas exclusivas del Consejo de Seguridad de la ONU.

Todo esto obstaculiza gravemente los esfuerzos para superar definitivamente la situación de crisis y poner la economía mundial en el rumbo de un crecimiento seguro y equilibrado. Se ven afectados la actividad inversora, así como la tasa de crecimiento del PIB mundial y del volumen del comercio internacional.

En la región de Asia-Pacífico la manifestación de dichas tendencias negativas se ve atenuada por su poderoso potencial tecnológico y financiero que le permite mantenerse a la vanguardia de los asuntos mundiales. Sin embargo, es evidente que el conjunto de crecientes desafíos, sin duda, afectaría las perspectivas de crecimiento a largo plazo en la región.

Rusia, como una potencia euroasiática que geográfica, histórica, política y económicamente forma parte indispensable de la RAP, está interesada en asegurar la paz, la estabilidad y la prosperidad en el vasto territorio de la región. La inserción constructiva en su sistema de lazos económicos de desarrollo dinámico es un requisito objetivo para el logro exitoso de nuestros propios objetivos, ante todo, respecto al fomento acelerado del Lejano Oriente ruso, inclusive a través de la participación en los procesos regionales de integración.

Estamos convencidos de que en un mundo moderno y cada vez más interrelacionado tan sólo mediante la cooperación es posible formar un ambiente favorable para un crecimiento estable progresivo, teniendo en cuenta de manera obligatoria los intereses de todos los países. Es justo tanto para el campo político como para el económico.

En el ámbito de la política y de seguridad nos pronunciamos por alcanzar dicha meta mediante el desarrollo colectivo de una especie de código de reglas de conducta mutuamente aceptables con base en el principio de seguridad igual e indivisible. En vista del apoyo por parte del creciente número de interlocutores, semejante enfoque está cada vez más en demanda.

La exigencia del tiempo es el uso de dicho principio en el contexto de desarrollo socio-económico, más aún si las economías de la región realmente desean ofrecerle un carácter inclusivo. Nos complace constatar que dicha idea va ganando seguidores en el marco de APEC, complementando de una manera inherente tales principios fundamentales para el foro, como el consenso y la voluntariedad.

El factor que, en gran medida, calienta la inestabilidad actual de la economía mundial, sin duda, es la falta de progreso en el marco de negociaciones comerciales multilaterales de la Ronda de Doha. De ahí el cambio de enfoque desde la administración global hacia los mecanismos comerciales regionales que, en ciertos casos, abarcan los aspectos de regulación más allá de la agenda de la Organización Mundial de Comercio (OMC). De esta manera se pone en tela de juicio el papel de la OMC como la única organización que establece y coordina las reglas universales del comercio mundial. Por consecuencia, se crean áreas prácticamente cerradas con un control rígido de las cadenas de producción, en realidad, para que un círcuwlo limitado de sus participantes pueda sacarle el provecho tecnológico máximo en perjuicio de los intereses de desarrollo de toda la región y del mundo.

Al respecto, entre las tareas primordiales de la Cumbre que viene vemos la confirmación clara de la postura categórica de APEC acerca del papel complementario de los acuerdos comerciales regionales en relación al sistema multilateral de comercio. Sólo de este modo se podría lograr un desarrollo equilibrado de la economía mundial, impidiendo su fragmentación y su desestabilización.

hoy en día en la región del APEC están vigentes más de 150 acuerdos bilaterales y multilaterales de libre comercio. A toda marcha va la investigación estratégica colectiva en cuanto a la realización de la idea de la creación del área de libre comercio Asia-Pacífico. Sus participantes todavía no han logrado una postura común sobre el formato y los parámetros de funcionamiento óptimos de un ALC-APEC. Aun así, ya se ha sacado la conclusión clave. Se trata de la necesidad de tomar en igual consideración los resultados del trabajo de todas las asociaciones regionales sin excepción alguna, incluidas la Comunidad Económica de ASEAN, la Alianza del Pacífico y la Unión Económica Euroasiática. Por nuestra parte, creemos firmemente en que tan sólo una cooperación constructiva para su unión de manera transparente y no discriminatoria permitiría evitar los riesgos de agravación en el comercio mundial y utilizar ampliamente los mejores mecanismos de regulación.

A la realización de dichas metas, ante todo, está dirigida la iniciativa rusa de una gran alianza euroasiática. Su realización llama a armonizar el sistema de niveles múltiples de estructuras de integración que está en gestación en Eurasia, unir las capacidades de los países asiáticos interesados y, a largo plazo, los de Europa también. Se trata de encontrar fuentes de crecimiento eficaces mediante el establecimiento de lazos de cooperación bilateral y multilateral, la búsqueda de nuevas oportunidades para elaborar y promover estándares comunes de regulación del comercio y de inversiones, el cumplimiento de grandes tareas tecnológicas.

Otra prioridad de la agenda regional es asegurar un crecimiento cualitativo como el nuevo estándar del progreso global. En el marco del Foro esta tarea se alcanza en el cauce de la aplicación de la Estrategia de Crecimiento de los líderes del APEC aprobada en el 2010. El documento está orientado a un crecimiento equilibrado, sostenible, inclusivo, innovador y seguro. Se centra en las medidas para promover el desarrollo justo e integral y construir una comunidad regional indivisible, profundamente integrada e interrelacionada.

En este contexto se debe conceder un lugar importante al perfeccionamiento de la infraestructura de logística y transporte en la región.

Rusia se pronuncia a favor de la adopción de innovaciones en todas las áreas. El rápido desarrollo de tecnologías, ante todo de las de la información y las comunicaciones, y el surgimiento de nuevos mercados sobre su base requieren acciones bien coordinadas encaminadas a la aplicación de reformas estructurales eficaces.

Sin duda, nuestro país seguirá jugando un papel importante en el fortalecimiento de la seguridad energética en la región. Se llevan adelante grandes proyectos que buscan modernizar los yacimientos de hidrocarburos maduros y desarrollar los nuevos, así como desarrollar la capacidad de las infraestructuras de transporte de gas y petróleo en el Extremo Oriente ruso, incluso con el fin de aumentar el suministro de energía a la región Asia-Pacífico.

*Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia.

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