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Política

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Basura electoral, ¿reciclar o biodegradar?

Organizaciones ambientalistas advierten sobre los daños que dejará la propaganda electoral en el Edomex, exigen que estos sean biodegradables, pero la industria del plástico tiene otro punto de vista.

Organizaciones ambientalistas han lanzado un grito de advertencia sobre el costo del ejercicio democrático que pesará sobre el estado de México el próximo 3 de julio.

Sostienen que reciclar no aporta los mismos beneficios que biodegradar, un punto de vista del que difieren los industriales del plástico.

El Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), por lo pronto inclinó la balanza a favor del reciclaje. Al dar a conocer a las empresas ganadoras de la licitación para la compra de materiales electorales, informó que por primera vez en las elecciones estatales se pretende usar artículos de las pasadas elecciones.

El IEEM planea adquirir: 48,192 casacas, 17,948 carteles de aviso de localización de casilla, 17,948 sobres para el Acta de Escrutinio y Cómputo; 17,948 bolsas para la documentación electoral con material new woven (reciclaje), y de manera inédita 17,948 señalamientos de vinilona para ciudadanos con discapacidad auditiva y del lenguaje, entre otros insumos.

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LO QUE DICE LA LEY

El Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), así como el Propaganda Política y Electoral del IEEM, establecen la obligación para partidos políticos, coaliciones y candidatos de utilizar en su propaganda impresa y demás elementos promocionales materiales que no dañen el medio ambiente, preferentemente reciclables y de fácil degradación natural. Sólo podrá usarse material plástico reciclable en la propaganda electoral impresa.

Los partidos deberán colocar en su propaganda electoral impresa en plástico, el símbolo internacional del material reciclable, así como los símbolos a los que hace alusión la NOM-E-232-CNCP-2005, con el objeto de que al terminar el Proceso Electoral se facilite el reciclado de la misma , indica el artículo 20 de dicho reglamento.

Ordena también los partidos y coaliciones deberán retirar, para su reciclaje, su propaganda electoral dentro de los 30 días siguientes al de la jornada electoral. De no retirarla, el Consejo General con el auxilio de las autoridades competentes tomará las medidas necesarias para su retiro, con cargo a las ministraciones de financiamiento público del partido político infractor.

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DAÑOS POR DÉCADAS

En 2009, los partidos políticos recibieron del IFE más de 819 millones de pesos para gastos de campaña, monto superior al que ejercieron en Educación ese año entidades como Hidalgo y Chiapas, que en conjunto sumaron 719 millones de pesos, según el Cuestionario de Financiamiento Educativo Estatal de la SEP.

Peor aún, sólo 6% de las miles de toneladas de propaganda electoral que se generan tuvo un impacto en la población, según un estudio realizado por la investigadora del ITAM, Gisela Rubach, citado por El Universal.

Por otro lado, en 2009 en el Distrito Federal se recogieron 60 toneladas de basura electoral, 50 en Ecatepec y 40 en Toluca. El costo estimado para recogerla fue de un millón 300,000 pesos en el DF, según cifras publicadas por ese diario.

Datos de la dirección de Mejoramiento Urbano de Guadalajara indican que en promedio cuesta 10.40 pesos retirar cada colgante (pendones, mantas y gallardetes), cuando se trata de propaganda adosada , como calcomanías el costo se eleva a 15.60 pesos.

Ante este panorama y lo que pueda suceder en el estado de México, organismos ambientalistas como la Red de Ambientalistas del Edomex (Radaem), dirigida por Pedro Pliego, advirtieron que estarán al pendiente de que los partidos políticos cumplan con lo que establece la ley, aunque califican a esta como insostenible.

La norma que contiene el Código Electoral es insostenible, pues de haber interés real sobre el cuidado ambiental, entonces el árbitro electoral obligaría a generar sólo objetos que sirvan a la población como son gomas, lápices, bolsas del mandado e incluso costureros, pero no permitiría los pendones, mantas o postales , expuso Pedro Pliego.

Denunció que el material utilizado en la propaganda electoral es reutilizable, pero no reciclable y al final, continúa contaminando.

Afirmó que el daño generado por la basura electoral es hasta por más de 50 años, y éste –sostuvo- al final llega al mar donde hay seis kilos de material plastificado por cada kilo de plancton.

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RECICLAR, BENEFICIO ECONÓMICO

Desde el punto de vista de los industriales, reciclar o reutilizar tiene mayores beneficios económicos que la biodegradación, ya que al prolongar la vida útil de un producto se genera menor contaminación.

La realidad es que el producto que se usa para la propaganda electoral siempre ha sido reciclable, tal vez no se difundía esa información, pero es producto que se puede reciclar sin ningún problema , explica Eduardo Martínez, presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Plástico (ANIPAC).

Expone que, desde el punto de vista ambiental, la propaganda debe hacerse con material reciclable más que biodegradable porque el producto reciclable se le puede volver a utilizar en otro tipo de materiales y así no se desaprovechan los recursos .

Materiales como las mamparas, paquetes electorales y urnas tienen una vida útil de nueve años, es decir, tres procesos electorales, antes de que se manden a reciclar, comenta.

El producto biodegradable tiene beneficios en zonas rurales, donde tal vez nadie lo vaya a recoger y hay que decirlo realmente, a los políticos les interesa llegar a esas zonas, pero no recogen su propaganda y ésta queda ‘a la buena de Dios’ .

El problema, reconoce, es que la propaganda adquirida es la misma, no hay una diferenciación entre el campo y la ciudad.

Licenciado en Ingeniería química, Eduardo Martínez explica que el reciclaje es relativamente fácil, siempre que el producto está libre de basura orgánica, por lo que insta a los partidos a colocarla de manera que no se caiga y se convierta en desperdicio electoral.

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Si bien, la recolecta de la propaganda electoral está cada vez más controlada por los beneficios económicos que aporta, ésta no siempre llega a su destino final. Según Servicios Urbanos del DF, de las 60 toneladas de basura electoral recolectada en 2009, apenas 35% sirvió para el reciclaje, debido a su suciedad.

La mayoría de la propaganda, de las cuales 13% fueron biodegradables, 30% reciclable y el resto fueron plásticos contaminantes, no llevaba el símbolo que la identificaba como material reciclable.

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