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CIDAC: multihomicidio revela deficiencias de instituciones
El homicidio de Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Mile Virginia, Alejandra Negrete y Rubén Espinosa en un departamento en la colonia Narvarte en la ciudad de México puso de nueva cuenta a las instituciones de procuración de justicia bajo la lupa pública, advierte el CIDAC.
El homicidio de Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Mile Virginia, Alejandra Negrete y Rubén Espinosa en un departamento en la colonia Narvarte en la ciudad de México puso de nueva cuenta a las instituciones de procuración de justicia bajo la lupa pública, advierte el Centro de Investigación para el Desarrollo, AC (CIDAC).
Este multihomicidio en la Narvarte derivó en un aluvión de opiniones y especulaciones respecto de las causas y los autores del mismo. De igual forma exhibe el deterioro de la confianza en las instituciones.
En un análisis, este think tank indica que, por las deficiencias estructurales de las instituciones de procuración de justicia, sería ingenuo pensar que las otras 164,000 muertes dolosas reportadas entre el 2007 y el 2014 por el Inegi han recibido un trato distinto.
El interés y las especulaciones de la ciudadanía en un caso de esta relevancia son inevitables, por ello la responsabilidad de las autoridades es cumplir efectivamente con sus tareas de procuración de justicia para construir una opinión pública favorable a las instituciones.
Sin embargo, las comunicaciones confusas, opacidad, contradicciones y revictimización son elementos cotidianos de las instituciones del sistema de justicia en México.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública 2014 (ENVIPE 2014), 18.5% de los ciudadanos no tiene nada de confianza en las procuradurías de Justicia estatales y 38.1% tiene poca confianza, por lo tanto uno de cada dos ciudadanos no confía en las procuradurías locales.
Ante ello, CIDAC advierte que la desconfianza en las instituciones del gobierno puede derivar en escenarios anárquicos. En específico, en la posibilidad de que las personas dejen de considerar la vía institucional como un mecanismo viable para la solución de conflictos y, por ende, intenten procurarse justicia de forma autónoma. Una imagen institucional lastimada acompañada de resultados deficientes es el pretexto perfecto para que fenómenos como las autodefensas o los linchamientos públicos se multipliquen o, en su caso, los reclamos por la implementación de mano dura.