EU endurecerá política hacia México: Brookings

El escape del barón del narcotráfico Joaquín Guzmán Loera a través de un túnel de alta tecnología, más allá de exhibir las serias deficiencias estructurales sobre el cumplimento de la ley en el país, es un recordatorio de la influencia del crimen trasnacional en la frontera entre México y Estados Unidos; es un reto persistente, opina Vanda Felbab-Brown, del Programa de Política Exterior del Brookings Institute.

En entrevista telefónica desde Washington DC, la especialista de este centro de investigación expone que si bien la respuesta política de Estados Unidos ha sido hasta el momento discreta, es cuestión de tiempo para que el Congreso estadounidense -en particular el ala republicana- reaccione, por lo que se prevé un cambio en la política de cooperación en materia de seguridad.

El Chapo escapó empleando los mismos métodos que los pioneros del narcotráfico utilizaban para traficar drogas hacia Estados Unidos: un elaborado túnel. El capo se fugó de la prisión más segura del país, sin que las autoridades anticiparan que huiría empleando una estrategia en la que Guzmán Loera había mostrado ser un experto. Para Vanda Felbab-Brown, ello sugiere laxitud y complicidad.

Aunque Guzmán sea recapturado pronto, el escape impulsó un personaje más popular. De hecho, hoy en día es el traficante más exitoso del país, ya sea por habilidad de evadir la ley o porque ha logrado mantener a flote su imperio pese a las capturas.

A diferencia de sus jefes y compañeros, El Chapo tuvo la visión de poner en marcha sistemas de sucesión eficaces con el fin de institucionalizar su empresa ilegal. Y después de una década de la carnicería que dio origen a nuevos grupos de narcotraficantes -Los Zetas, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios- Sinaloa sigue siendo el cártel más poderoso en México y Estados Unidos.

La clave para la captura del Chapo fue la inteligencia estadounidense cuidadosamente desarrollada durante años. En el momento de la detención, EU permitió a la administración federal mexicana recibir los elogios por el éxito, no insistieron con la extradición y con ello aprovecharon el momento para revitalizar la cooperación en materia de seguridad entre México y EU.

Para Felbab-Brown, la mejor reacción estadounidense no sería el humillar a la administración mexicana, sino apoyar una reforma institucional en México.

La investigadora enfatiza que, tras este episodio, el gobierno actual debe aprovechar los tres años restantes de administración para enfocarse en las reformas institucionales, tal como lo hizo con la reforma financiera.

Para la especialista, es momento de que el mandatario nacional Enrique Peña Nieto enfoque su atención a la seguridad ciudadana mediante un verdadero compromiso de reestructurar a las policías, en particular a las municipales, pues si bien algunos estados del norte del país han reducido sus índices de violencia, no ha sido por implementar las estrategias adecuadas, sino porque un cártel ganó el territorio.