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Política

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Estela de luz: de mexicano, muy poco

El que debió ser el mayor monumento del bicentenario de la Independencia, es hoy motivo de controversia, no sólo por su tardanza, sino por sus disparatados costos y contenido, de los cuales apenas el 30% son de origen mexicano.

Un enorme monumento que se diseñó para conmemorar el bicentenario de la independencia de México el año pasado no se ha concluido, ha costado más de lo estimado y no tiene mucho de contenido mexicano, reconocieron el jueves funcionarios.

El director de la compañía que supervisa la construcción, Ignacio López, dijo que dos tercios de los materiales usados en la torre revestida de ónix son importados, en su mayoría de Brasil e Italia.

Entre 63% y 65% del contenido es extranjero", dijo López. "Las columnas (de acero inoxidable) no se pueden producir en México".

El complejo de 104 metros de altura de la torre central, hecha con una serie de columnas que soportarán paneles de ónix, que serán iluminadas por dentro en patrones cambiantes por luces de led (diodos emisores de luz) entre dos capas de piedra translucida.

El monumento que estará en el centro de la ciudad de México en teoría era lo más importante de las celebraciones del año pasado para conmemorar el inicio de las insurrección de independencia en 1810.

El diseño fue pensado como un símbolo resplandeciente de esperanza e inspiración en un país asolado por la violencia del narcotráfico que ha costado más de 35,000 vidas desde que el gobierno lanzó una ofensiva contra los cárteles de las drogas a finales de 2006.

La torre tendría que haber costado 35 millones de dólares y ser inaugurada el 15 de septiembre del 2010.

Pero López dijo el jueves que el monumento no se concluirá sino hasta finales del 2011 y costará 90 millones de dólares.

La torre, formalmente conocida como Estela de Luz, ha recibido apodos como "monumento a la vergüenza" o "monumento a la dependencia".

Los sobrecostos y retrasos en el proyecto se han convertido en un tema de debate amargo en México y hasta Alonso Lujambio, secretario de Educación Pública, quien se hizo cargo del proyecto para el gobierno, ha reconocido que detectó "ineficiencia", aunque no corrupción, en el proyecto.

Tanto Lujambio como la compañía constructora dijeron que el arquitecto del proyecto presentó tarde e incompletos los planos del proyecto, y que fueron necesarios algunos cambios para asegurar la estabilidad de columnas tan altas. La excavación de cimientos fue a mucho mayor profundidad de lo especificado originalmente.

"Ahí están precisamente, 50 metros debajo de la tierra, ahí están precisamente los millones que hemos invertido", dijo Lujambio, refiriéndose a un sistema complejo de cimientos y refuerzos.

Pero igualmente quedó claro que el gobierno mexicano tuvo la idea muy tarde para construir este monumento a tiempo para el bicentenario.

El proyecto fue lanzado en el 2009, y los esbozos finales y cálculos no estuvieron listos sino hasta junio de 2010, apenas tres meses antes de cuando se suponía tenía que estar listo.

Los constructores también han tenido problemas.

La compañía organizó una visita para reporteros por la construcción, donde los cimientos están terminados, aunque ninguna de las columnas se ha erigido aún.

Uno de los hombres en el recorrido pisó un cable desgastado que serpenteaba entre algunas barras de metal, lo que provocó una lluvia de chispas en la escalera de metal donde estaban los periodistas.

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