Lectura 2:00 min
Estrés comunitario, signo de ciudades violentas
La violencia en el país se ha convertido en el principal factor delictivo, afirmó el presidente del Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial, y agregó que esta conducta provoca daños a las personas y comunidades tanto que alteran determinantemente su vida y acciones.
La violencia en el país se ha convertido en el principal factor delictivo, afirmó Alejandro Desfassiaux, presidente del Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial, y agregó que esta conducta provoca daños a las personas y comunidades tanto que alteran determinantemente su vida y acciones.
Las secuelas de la violencia son tantas como tipos de violencia existen. A nivel personal, provocan desde un agotamiento emocional y físico, un estrés constante, enfermedades crónicas, escapes en alcohol o drogas para olvidar, con lo cual se forma otro problema, temor, culpa, depresión y aislamiento hasta deseo de venganza, lesiones crónicas, incapacidad para relacionarse, ejercicio de la violencia por parte de la persona que fue víctima o incluso hasta un suicidio, detalló el experto, integrante del Centro de Inteligencia de este grupo.
Ello tiene implicaciones a nivel social, pues la violencia es capaz de generar estrés constante comunitario, lo que conlleva a muy altos costos por atención médica, menor productividad y mayor delincuencia.
De acuerdo con el Centro de Inteligencia de Grupo Multisistemas, entre los delitos que se han cometido con violencia durante este año son: delitos sexuales (de estos 87.7% han sido violación); extorsión, la telefónica es la más común (77.7%), y homicidio, el doloso tiene el 77.7%.
Respecto de los robos cometidos en este mismo periodo, 80.5% de los casos sucedidos en comercios fueron con violencia; de los de transeúnte, 39.6%; de lo ocurridos en casa-habitación, fueron con esta agravante; los de automovilistas 95.8%, y de los ocurridos a empresas, en 36.8% se registró violencia.
Por otro lado, el Centro registra que las modalidades principales de secuestro se registraron en 56.5% de tipo convencional, 32.8% de ellos tuvo fines de asesinato y el 10.5% fue exprés.
ana.langner@eleconomista.mx