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Política

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Hay que cuidarse, se va a poner feo

Alrededor de 36.6 millones de alumnos en todo el país dejaron de asistir a las aulas por determinación de la Secretaría de Educación Pública para evitar la propagación del Covid-19.

“¡Cuídate!”, fue la frase más recurrente entre familiares, amigos y compañeros de trabajo en las calles semivacías de la Ciudad de México, en el día 1 de la contingencia parcial decretada por las autoridades a fin de evitar la propagación del coronavirus (Covid-19), lo cual implicó desde el cierre de escuelas y espacios como bares, cines, museos, deportivos, gimnasios y teatros.

Alrededor de 36.6 millones de alumnos en todo el país dejaron de asistir a las aulas por determinación de la Secretaría de Educación Pública para evitar la propagación del Covid-19.

Algunas personas ya cumplieron siete días de sana distancia o, de plano, de cuarentena. Pero fue notorio que decenas de empresas y dependencias de gobierno también permitieron el trabajo a distancia (home office) como parte de la medida Quédate en casa.

En el Metro de la Ciudad de México se redujo en 60% la afluencia, y el tránsito vehicular en 61%, de acuerdo con el gobierno local. Al ingresar a un vagón en la estación Balbuena, un olor a cloro, pocas personas y hasta asientos vacíos se apreció.

“Hay que cuidarse, dicen que se va a poner feo”, dice consciente Lourdes Aguirre, una joven de 19 años con un pañuelo que le cubre la boca, y que viajó en el Metro hacia su empleo en la colonia Portales.

Fueron pocos los padres que sacaron a las calles a niños de brazos. Unos cuantos más salieron acompañados de niños mayores de 1 año. El gobierno capitalino ordenó el cierre de espacios de recreación, pero el Deportivo Oceanía tuvo puertas abiertas, no obstante que sólo unas cuantas personas salieron a practicar ejercicio.

Sobre la calzada Ignacio Zaragoza, Rodrigo Sánchez se disponía a abrir su negocio de relojería; portaba cubrebocas, pero también guantes de látex en las manos y un pequeño desinfectante líquido. “Yo me tengo que cuidar más, dicen que nos pega más a nosotros”, comentó el señor de 71 años de edad. Pero en las calles también hubo escépticos, y hasta debates sobre el tema.

-“Dicen que sólo les está dando a los de más de 40 años”, soltó un joven durante el trayecto de una unidad de transporte que corre de Aragón a la colonia Moctezuma.

-“¡No, no, a todos!”, le contestó una mujer que portaba un cubrebocas.

-“Para mí que ni existe”, intrigó el joven de unos 30 años que repetía estar molesto por el cierre del gimnasio en el que trabaja.

-“Ya dijeron en las noticias que van tres muertos y que son como 300 contagiados”, le argumentó la mujer muy informada, al tratar de convencer a su compañero de viaje.

En la Ciudad de México, las autoridades reportan 45 casos de infección por coronavirus, (y en total 367 a nivel nacional, así como cuatro defunciones). Mediante el número telefónico 51515, el Gobierno de la Ciudad de México ha recibido 102,000 mensajes de personas que desean saber si, por sus síntomas, podrían padecer coronavirus.

En las colonias populares, los oficios del día a día no se detuvieron. En las tienditas se siguió atendiendo, lo mismo que en verdulerías, pollerías, carnicerías, cremerías. Los populares tianguis también se instalaron. Distribuidores de grandes marcas de pan, frituras y refrescos realizaron sus actividades cotidianas sin alguna medida de protección higiénica extraordinaria.

En el mercado de La Merced, la administración les solicitó portar cubrebocas, red para el cabello y tener gel antibacterial. “Nosotros no podemos parar, si no ¿quién nos da para la comida? Aquí no existe eso del coronavirus como dicen”, sostuvo Juan Hernández, un comerciante de cebollas en la Nave Mayor del popular mercado.

La glorieta de los Insurgentes, cotidianamente abarrotada de personas, lució semivacía. Sobre avenida Chapultepec, sentado afuera de su negocio de reparación de motos, el señor José Luis Sánchez presintió que los días venideros serán difíciles. “Todo eso del coronavirus nos afecta mucho. ¡Vea! Ni gente hay. No hay negocio. Aunque sea para los gastos que saliera”, anheló.

Al igual que la ciudad, el gobierno del Estado de México decretó el cierre de Cendis, guarderías, casas del adulto mayor, museos, bibliotecas, cines, teatros, gimnasios, centros comerciales, tiendas departamentales, parques y zoológicos, salones de fiesta, bares y antros. Seguirán abiertas farmacias y los restaurantes venderán comida para llevar o con entrega a domicilio.

El Gobierno de la Ciudad de México habilitó un sitio (https://test.covid19.cdmx.gob.mx/), donde las personas pueden hacer un test para identificar el riesgo que tienen de haber contraído el coronavirus Covid-19.

politica@eleconomista.mx

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