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Política

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Lluvias, con poco impacto en las 210 grandes presas

Jalisco, Durango, Sonora, entidades que vieron disminución en su almacenamiento. Especialistas consultados consideraron que ante el llenado de las presas, existe el riesgo de que la infraestructura pueda sufrir daños porque están azolvadas y falta mantenimiento.

Aquellas presas que presentaban un nivel superior al 100% de almacenamiento se mantuvo en la misma cifra de cuatro

Aquellas presas que presentaban un nivel superior al 100% de almacenamiento se mantuvo en la misma cifra de cuatro

Las lluvias registradas en la última semana en el país, si bien ayudaron a mejorar la situación de las presas, especialmente en Nuevo León y Tamaulipas, poco impacto tuvieron a nivel nacional.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) entre el lunes 17 y el domingo 23 de junio pasado, el número de grandes presas —de las cuales se extrae el 90% del agua que se consume en el país— que presentaban menos de 50% de almacenamiento se mantuvo en 159.

Entre los embalses que presentaban un llenado de entre 50 y 75% se pasó de 31 a 32; mientras que los que tenían entre 76 y 100 se pasó de 16 a 15.

Por último, aquellas presas que presentaban un nivel superior al 100% de almacenamiento se mantuvo en la misma cifra de cuatro.

Hasta el 23 de junio, en el país de las 210 grandes presas, 112 presentaban menos de 30% de su almacenamiento; de ellas 43 tenían 10% o menos de su capacidad, de acuerdo con los datos de la Conagua.

Querétaro es una de las entidades que menor almacenamiento tiene en sus presas y cuya situación se modificó poco en la última semana ya que, de siete presas, al 17 de junio; tres estaban secas o con 0% de almacenamiento; tres tenían entre uno y 10% de almacenamiento y una más tenía 27 por ciento.

Para el domingo pasado, tres estaban secas; tres seguían con entre 1 y 10% de almacenamiento y el embalse en Jalpan seguía en 27 por ciento.

Por su parte, Jalisco fue uno de los estados en donde empeoró la situación; de 24 presas monitoreadas por la Conagua, entre el 17 y 23 de junio hubo una disminución en el llenado de 14 de ellas.

Situación en el norte

Las lluvias dejaron beneficios para el norte del país, aunque no en todos los estados, por ejemplo, en Durango, de 13 presas monitoreadas, en el lapso analizado por El Economista, hubo una baja en siete embalses.

O Sonora, en donde de nueve presas, hubo una baja en el almacenamiento de cinco de ellas; la más pronunciada fue la de Agua Caliente, que pasó de 40 a 2% de almacenamiento.

En contraparte, las presas de Nuevo León, de cuatro grandes presas monitoreadas por la Conagua hubo un alza en tres de ellas; la más importante fue la de Rodrigo Gómez, cuyo llenado fue de 37 a 99 por ciento.

En Tamaulipas también hubo una mejora, ya que de nueve embalses, en seis hubo un aumento de su llenado; el embalse con la mejoría más relevante fue Vicente Guerrero, cuyo almacenaje fue de 8 a 38 por ciento.

No son solución

Las recientes lluvias en distintas partes del país, debido a fenómenos meteorológicos, aunque son beneficiosas, no son la solución definitiva para la sequía prolongada que ha dejado el nivel de algunas presas del país en sus mínimos históricos, consideraron miembros del Consejo Consultivo del Agua y el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Jorge Fuentes, director de proyectos del Consejo Consultivo del Agua, estimó que las presas no recuperarán sus niveles históricos hasta el 2025, pese a la llegada de lluvias intensas.

“Ahorita estamos en un periodo de transición; terminó el fenómeno del Niño, vamos a empezar con el fenómeno de la Niña, que justamente representa a esto, son lluvias intensas en un periodo de corto más pequeño; entonces los pronósticos para los estados del centro del país, hacia el norte, es que no será suficiente en este periodo de lluvias”, detalló el especialista.

El director de proyectos subrayó la necesidad de implementar medidas de gestión del agua más sostenibles. Entre las acciones recomendadas se incluyen la conservación de las zonas de recarga, el uso de suelos más permeables en áreas urbanas y la sustitución de aguas de primer uso por agua regenerada para el riego agrícola. También destacó la importancia de proteger los bosques, como los de Michoacán y el Estado de México, pues consideró que son cruciales para la recarga de acuíferos.

(Sería importante) ya no depender tanto del temporal para las presas; que sólo se llenan pues con el agua, con la lluvia, esa es la realidad de las presas, son presas que se llenan con las lluvias y lo que necesitamos hacer es que lo que se recarguen son los acuíferos”, consideró.

Por su parte, Óscar Ocampo, coordinador de energía y medio ambiente del IMCO, destacó que, aunque las lluvias han aumentado significativamente los niveles de algunas presas, como en Nuevo León, otras áreas como en el Sistema Cutzamala, en el centro del país enfrentan, mínimos históricos de almacenamiento.

El coordinador del IMCO sugirió que en la República mexicana se podría aprender de modelos internacionales exitosos como el de Israel, que ha desarrollado sistemas avanzados de gestión hídrica en un entorno desértico, incluyendo el riego por goteo y la desalinización. Estos modelos destacan por su enfoque en el uso racional del agua y la inversión en infraestructura eficiente.

politica@eleconomista.mx

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