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Sufren por frío y lluvia
La lluvia y granizo así como las bajas temperaturas que se han presentado en la Ciudad de México empeoran la estadía de damnificados por el pasado sismo del 19 de septiembre en los albergues, ya que, dicen, una “lona y cobijas son insuficientes” para combatir los fenómenos naturales.
La lluvia y granizo así como las bajas temperaturas que se han presentado en la Ciudad de México empeoran la estadía de damnificados por el pasado sismo del 19 de septiembre en los albergues, ya que, dicen, una “lona y cobijas son insuficientes” para combatir los fenómenos naturales.
En un recorrido realizado por El Economista, se pudo constatar que afectados por el temblor han tenido que improvisar métodos para que la lluvia no dañe sus pertenencias, ya que el chubasco que se presentó este miércoles inundó el albergue de Las Canchas, ubicado en el Multifamiliar de Tlalpan.
“Cerca de la 1 de la madrugada pudimos dormir. El agua entró a nuestras casas de campaña, no son lo suficientemente resistentes. (El miércoles en la noche) tuvimos que desplegar más lonas y nuevamente reacomodarnos porque (las lonas) no son los suficientemente anchas e incluso ya se están rompiendo”, detalló, Elías Jesús Meyer, del edificio 2-D, departamento 3.
A cuatro meses del temblor, los vecinos del multifamiliar, que alberga al menos a 500 familias, siguen sin poder regresar a sus hogares, por lo que se resguardan en tres espacios de la zona para pernoctar o hacer guardias de sus viviendas.
Blanca Ivonne Ballesteros, del edificio 3-B, departamento 129, explicó que para dormir en los albergues, los afectados colocan tarimas —que les ha donado la gente—; posteriormente, colocan una lona y al final una colchoneta o colchón, además de que algunos los forran con plástico para evitar que se mojen.
“He sido la más afectada en este albergue, tengo una colchoneta porque no alcancé casa de campaña. mi techo (el día de la lluvia) fue una lona para evitar el chorro de agua y el viento, así me la he pasado cuatro meses, no es porque yo quiera, no tengo dinero para conseguir una carpa, por eso solicito una y lonas para mis compañeros y seguir esperando los dictámenes o demolición”, comentó.
Los vecinos también explicaron que colocan encima de las casas de campaña cobijas o plásticos para evitar el frío. Señalan que tienen prohibido utilizar gas o leña, pues la zona es altamente inflamable por las docenas de casas de campaña.
Martha, del edificio 3-B, departamento 101, señaló que vivir en un campamento es un reto, ya que no saben qué comerán al día siguiente, si pasarán frío o llegarán noticias sobre el avance de reconstrucción de la zona.
“El frío seguirá al igual que las lluvias, sólo esperamos pronto que tengamos noticias. la sociedad es la única que ha venido a extendernos la mano para darnos apoyo”, expresó.