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Política

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Un extrapartidista será el candidato presidencial de la alianza opositora: Gustavo de Hoyos

“Debemos ser realistas, ni en las filas de la oposición ni en el oficialismo hay Pelés o Messis o un rockstar. Por eso, en el proceso para renovar la presidencia de la República, debemos apostar por un dream team y articular muy bien los esfuerzos, para lograr una opción ganadora”, enfatiza el aspirante a candidato presidencial de un frente opositor.

Si los partidos se reúnen solos y deciden quien será el candidato a la presidencia, solo sería la unión de membretes pero no se le daría forma a un instrumento opositor, dice el ex líder patronal. Foto: Especial

Si los partidos se reúnen solos y deciden quien será el candidato a la presidencia, solo sería la unión de membretes pero no se le daría forma a un instrumento opositor, dice el ex líder patronal. Foto: Especial

De cara al proceso electoral de 2024, es claro que ni en las filas del oficialismo ni en las de la oposición hay Pelés o Messis, por lo que, al construir una candidatura presidencial, la apuesta debe ser por integrar un equipo de ensueño, planteó Gustavo de Hoyos Walter.

El empresario, activista social y uno de los fundadores del movimiento Sí Por México, expuso que en estos momentos ni en Morena y sus aliados, que conforman el bloque oficialista, ni en los partidos de oposición y organizaciones de la sociedad civil, hay una figura carismática y aglutinadora, como en su momento fueron Vicente Fox o Andrés Manuel López Obrador.

De Hoyos Walter es un empresario nacido en Nuevo León y avecindado en Mexicali, Baja California, donde estudió las licenciaturas en Derecho y en Administración de Empresas. Realizó una carrera como dirigente empresarial que lo llevó a presidir la Confederación Patronal de la República Mexicana y posteriormente el Consejo Coordinador Empresarial, destacándose como una voz crítica hacia el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, desde el sector privado.

Durante una charla en las instalaciones de El Economista, expuso que ante el escenario político actual, los partidos y organizaciones civiles que impulsan una alianza nacional opositora le deben apostar, más que a un rockstar, a un dream team y articular muy bien los esfuerzos, para lograr una opción ganadora. “Eso es lo que tenemos que construir”.

Además, indicó, no hay un factótum en las dirigencias partidarias que tenga un peso tal que todo mundo le reconozca que lleva el pulso y la cadencia de la definición.

Del lado contrario, recalcó, hay un presidente con un liderazgo carismático, que, de manera insólita, tiene una capacidad magnética respecto de la agenda pública.

Ante esa situación, dijo, no hay condiciones como para que los líderes de los partidos se reúnan y solos decidan quien será el candidato a la presidencia, pues de hacerlo, en todo caso, lo único que se lograría sería la unión de membretes y resolvería el problema en la superficie pero eso estaría destinado al fracaso, porque no se le estaría dando forma a un instrumento opositor.

De Hoyos Walter enfatizó que, dadas las actuales circunstancias por las que atraviesan el país y los partidos de oposición, “sin lugar a duda, la candidatura a la presidencia de la República va a ser extrapartidaria”.

Dijo que, si bien los ciudadanos que participan en el proceso de construcción de una candidatura opositora no tienen una representación conferida mediante las urnas, como la tienen los partidos políticos, sí representan a un conjunto de organizaciones que cuentan con articulación, claridad de propósito, generosidad en el objetivo final y están determinadas a incidir.

Está por verse cuánto se logrará en esa empresa, lo que sí es claro es que serán un factor definitorio”, recalcó.

Destacó que eso requiere de muchos acuerdos y de construir con un método, que permita que diferentes expresiones puedan endosar capital, credibilidad en sus distintos nichos, con el fin de crear, en conjunto, una propuesta competitiva.

El exdirigente empresarial admitió que el proceso para definir un proyecto y una candidatura presidencial desde la ciudadanía y los partidos de oposición va lento; sin embargo, dijo que esa situación ha servido para que al interior de las fuerzas que tratan de aglutinarse en una propuesta común vayan superando diferencias internas, pues al final se trata de arreglos imperfectos que se tienen que ir afinando y aterrizando.

“Aunque, por momentos es desesperante la espera, no hay otro camino para construir una candidatura”, refirió.

Delinea ruta crítica para construcción de candidatura

Describió una ruta crítica hacia la construcción de una alternativa electoral rumbo a las elecciones presidenciales de 2024, la cual parte del 26 de febrero próximo, cuando se realice la concentración ciudadana ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), convocada por organizaciones sociales para exigir a los ministros declaren la inconstitucionalidad del llamado Plan B electoral.

“Si se tiene éxito en esa convocatoria, seguro se podrá mantener el interés de los ciudadanos para movilizarse cuando se requiera, incluso un día después de la elección presidencial de junio de 2024”, indicó.

Para el empresario, una concentración copiosa “demostrará que ni el zócalo ni las calles son propiedad exclusiva de una sola fuerza política”.

La siguiente escala sería a finales de marzo, cuando se espera una definición de la agenda-país, lo cual implica visualizar el México ganador al que se aspira tener.

Para mediados de abril, se prevé realizar una serie de eventos itinerantes con el objetivo de que la gente conozca a quienes aspiran a la candidatura a la presidencia de la República por el bloque opositor.

Eso permitirá que entre abril y mayo se pase de una lista de entre 10 y 12 aspirantes a otra de tres o cuatro finalistas.

La idea es que, pasadas las elecciones del 4 de junio en Coahuila y Estado de México se tenga definida la candidatura o los dos aspirantes mejor posicionados, lo que permita ir redondeando una definición.

Por otra parte, recordó que hoy sabemos que, en la definición de 2024, tanto para el caso del candidato a la presidencia, como a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, siendo un proyecto de la oposición, va a ser un proceso que va a estar arbitrado por el PAN, que es el partido que, al menos en el papel “tiene mayor número de canicas”.

Seguramente la decisión del mecanismo final de esas dos candidaturas en la forma que se procese va a tener mucho que ver la participación ciudadana.

Recalcó que ni de los partidos hacia las organizaciones sociales ni en sentido contrario hay cheques en blanco ni confianza absoluta. Lo que está ocurriendo es que las organizaciones ciudadanas están ganándoles espacios.

El empresario explicó que en este proceso de construcción de una candidatura opositora participa Nosotros, como grupo convocante y el cual está integrado por Sí por México, Frente Cívico Nacional, Unidos por México, Sociedad Civil México, UNE y Poder Ciudadano, que a su vez son acompañados por alrededor de 90 organizaciones más, las cuales se han involucrado activamente en la organización de la manifestación del 26 de febrero próximo en el zócalo y ciudades del interior del país y en el extranjero.

Se busca contenerun proyecto autoritario

El exdirigente empresarial subrayó que se busca contener a un gobierno con aspiraciones autoritarias y absolutistas.

Eso se aprecia en sus acciones con el claro objetivo de debilitar al Instituto Nacional Electoral y el federalismo; lograr la incondicionalidad de las fuerzas armadas, lo cual parecerían agendas separadas, pero tienen la intención de construir un proyecto absolutista, transexenal y personalista, valiéndose de las instituciones democráticas.

Una vez entendido que el desafío para la oposición es tal, el reto es hacer lo necesario, dentro de los causes institucionales, para que esas intenciones no prosperen, añadió.

Por eso, continuó, cuando alguien cuestiona por qué fuerzas políticas que antes fueron abiertamente contrarios hoy se presentan como aliados, debe tomarse en cuenta que hay un mal mayor, que es este proyecto autoritario y un bien superior que es el país, y que lo vale todo.

Por otra parte, llamó la atención en que hoy tenemos una sociedad no solamente polarizada, sino agraviada.

Hay un agravio creciente en temas tan visibles como la inseguridad, tan claros como la carestía y uno creciente en la deconstrucción democrática”.

La sociedad está acumulando agravios ante varias de las acciones de este gobierno. Ante esa situación, la idea de las organizaciones civiles que trabajan en la construcción de una alternativa de país es que esté bien articulada, que su funcionamiento en equipo sea bueno y convertir en causas las demandas de soluciones de los diferentes sectores sociales.

diego.badillo@eleconomista.mx

Periodista mexicano, originario de Amealco, Hidalgo. Editor del suplemento Los Políticos de El Economista. Estudié Sociología Política en la Universidad Autónoma Metropolitana. En tres ocasiones he ganado el Premio Nacional de Periodismo La Pluma de Plata que entrega el gobierno federal. También fui reconocido con el Premio Canadá a Voces que otorga la Comisión Canadiense de Turismo, así como otros que otorgan los gobiernos de Estados Unidos y Perú.

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