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A 10 años de la crisis, aún hay retos: FMI
Resolución de quiebras bancarias y vigilancia de la innovación financiera, los pendientes.
Una década después de la crisis hipotecaria de Estados Unidos, que originó la crisis mundial del 2008, no se ha progresado lo suficiente en la resolución de quiebras de los bancos de operación transfronteriza, ni en la supervisión de la “constante innovación financiera” advierte Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Quizá lo más preocupante es que las autoridades se enfrentan a una presión sustancial por parte de la industria para replegar la normativa emplazada tras la crisis”, expuso.
A una semana del décimo aniversario de la quiebra del legendario banco de inversión Lehman Brothers, la directora gerente admite que “realmente estábamos al borde del abismo”.
Se confiesa “efectivamente atónita”, ante el pánico generalizado que se vivió en el sector financiero tras el colapso de Lehman Brothers el 14 de septiembre del 2008, “que condujo a una crisis sistémica”.
En la actualización del blog oficial del FMI, Diálogo a Fondo, la directiva recordó que 24 países fueron víctimas de crisis bancarias y que la mayoría de ellos no ha conseguido retomar una actividad económica estable.
La quiebra de Lehman Brothers dio paso al market frozen, originó una serie de acciones coordinadas internacionales como los swaps de divisas e impulsó la intervención de la Reserva Federal de Estados Unidos como el prestamista de última instancia mundial. Precipitó la caída de tasas a niveles históricos en los principales bancos centrales del planeta y motivó la mayor estrategia conjunta de estímulo económico de la que se tenga historia. Esfuerzos que, sin embargo, no lograron impedir la Gran Recesión del 2009.
De acuerdo con la directiva, los puntos de presión que originaron el colapso de una crisis, que dice “no ha terminado”, los ubica “fundamentalmente en una innovación financiera frente a la cual la regulación y la supervisión quedaron muy, pero muy a la zaga”.
“Las instituciones financieras se volcaron frenéticamente a asumir riesgos sin la menor prudencia, sobre todo en Estados Unidos y Europa. Entre otras cosas, se apoyaron menos en los depósitos tradicionales y más en el financiamiento a corto plazo, rebajando drásticamente las exigencias para el otorgamiento de crédito”, recordó.
A nivel más general, “empujaron la actividad hacia rincones ocultos del sector financiero, menos expuestos a la supervisión regulatoria”.
La directiva, sostuvo que “hemos progresado mucho, pero no lo suficiente. El sistema es más seguro, pero no en la medida justa. El crecimiento ha repuntado, pero no para todos”.