CNBV no ha dado aval a SMB Rural para operar; lleva seis años así

Fue en el 2009, con las reformas realizadas a la Ley de Ahorro y Crédito Popular, cuando la figura de sociedad financiera comunitaria (sofinco) nació; sin embargo, hasta el momento sólo hay una institución de este tipo autorizada dentro del sistema financiero mexicano.

A pesar de que el nacimiento de esta figura tiene poco más de ocho años, sólo existe una de estas entidades autorizada, que es SMB Rural, la cual recibió en el 2013 la autorización para constituirse por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), pero hasta el momento no ha obtenido el aval para operar.

Es en este espacio entre el aval de la autorización y el de su operación en donde la entidad encontró una oportunidad legal para ofrecer servicios de crédito y ahorro.

De acuerdo con lo dicho por sus directivos, esta organización brinda servicios financieros a poco más de 81,000 personas, mismas que viven principalmente en comunidades rurales.

Debido a que SMB Rural todavía no tiene el aval de operaciones, los números de esta sofinco todavía no son públicos dentro de los espacios de la CNBV, aunque el Consejo de administración de ésta afirmó que sus estados financieros se pueden consultar en la página de la Secretaría de Economía.

Se defiende

Hace algunos días, la administración actual de esta financiera comunitaria fue señalada por uno de sus accionistas, la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS), de malos manejos administrativos que ponen en duda la viabilidad de la institución y en riesgo el patrimonio de sus socios.

Defendiéndose, pero sin querer conceder una entrevista, la administración actual afirmó que dichas acusaciones son falsas y carentes de evidencias legales.

No se tiene ningún desplome financiero que afecte el patrimonio de los socios, ya que hoy en día se cuenta con sólida liquidez para beneficio de todos y cada uno de los socios , detalló Urbino Martínez Cortés, presidente del Consejo de Administración de la sofinco, en una carta dirigida a este medio.

Este medio buscó a la CNBV para que diera su postura al respecto; sin embargo, respondió que no tiene nada que decir.

Una voz del sector de ahorro y crédito popular consultada por este medio, que pidió su anonimato, afirmó: Claramente es un asunto entre particulares, donde difícilmente la autoridad dará una postura .

En este contexto, lo único certero es que la entidad todavía no recibe el aval de operaciones por parte de la autoridad (pese a que ya opera), lo que significa que sus ahorradores no cuentan con el seguro de depósitos que garantiza sus recursos hasta por 25,000 Udis (aproximadamente 134,000 pesos), debido a que la institución no realiza sus aportaciones al Fondo de Protección estipulado en la Ley de Ahorro y Crédito Popular.

Busca desligarse de AMUCSS

La gerencia actual de la sofinco busca desligarse de la AMUCSS; al respecto, este medio confirmó con fuentes involucradas que SMB Rural busca desafiliarse de Fedrural, federación que la supervisa de manera auxiliar, para afiliarse a otra de nombre FINE.

Las federaciones son instituciones que tienen por objetivo realizar labores de supervisión auxiliar de las sofincos así como de las financieras populares (sofipos). En la actualidad se encuentran en operación cinco federaciones, entre ellas Fedrural, misma que pertenece al grupo AMUCSS.

Asimismo, la entidad cambió la ubicación de sus oficinas centrales, de la Colonia Roma, en la Ciudad de México, a Fraccionamiento El Vergel en Puebla, Puebla.

Con la finalidad de mejorar el servicio se buscaron nuevos proveedores, los cuales tienen un costo considerablemente menor a los proveedores anteriores (empresas que pertenecen a AMUCSS), además de que la calidad del servicio es mucho mejor , explicó en una carta dirigida a este medio Urbino Martínez Cortés, presidente del Consejo de Administración de SMB Rural.

Cabe señalar que AMUCSS es uno de los impulsores de la figura sofinco dentro del sistema financiero mexicano y uno de los grupos que peleó para que ésta no desapareciera, tal y como lo contemplaba una reforma a la Ley de Ahorro y Crédito Popular del 2015, misma que también preveía el rescate a los afectados del fraude de Ficrea.

Entre acusaciones y una falta de postura de la autoridad, la figura sofinco sobrevive sin mucho auge y con acciones que ponen en entredicho su viabilidad.