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El sistema bancario mexicano se mueve entre fusiones y adquisiciones
La Cofece evaluará hoy si habría o no concentración excesiva en el mercado financiero con la unión de Banorte e Interacciones.
Desde hace alrededor de un año, se empezó a hablar con más fuerza de la inminente consolidación del sistema bancario mexicano hacia el mediano plazo.
Hoy hay algunos movimientos, como fusiones y adquisiciones, que apuntan a que se va en esa dirección.
Hasta ahora, la transacción más importante, por el tamaño de activos que representa (alrededor de 1.5 billones de pesos), es el anuncio de fusión de Interacciones con Banorte que se dio a conocer en el último trimestre del 2017, pero que aún está pendiente de autorización.
De hecho, hoy la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) determinará si es viable una fusión de ese tipo y después vendrá el aval, de darse, de las autoridades financieras. Ambas entidades esperaban que esto quedara resuelto al cierre de este mes, pero parece que no será así.
Lo que evaluará hoy la Cofece es si habría o no una concentración excesiva en el mercado financiero con esta fusión, sobre todo en el financiamiento de infraestructura pública en estados y municipios, especialidad de Interacciones, pero en la que Banorte también participa.
El propio Banorte ha señalado que, de concretarse la fusión, se conformaría como el mayor grupo en financiamiento de infraestructura en el país. Sin la fusión, es ya el segundo del sistema en general por número de activos.
De acuerdo con el banco regiomontano, con la fusión con Interacciones ocuparía también el lugar número dos en cartera de crédito, misma posición que en depósitos.
Directivos tanto de Banorte como de Interacciones confían en que no haya ningún impedimento para que se dé luz verde tanto de la autoridad de competencia económica como financiera.
Otro caso reciente en esta línea fue el anuncio, la semana pasada, de la compra de las acciones del banco de inversión suizo UBS Bank México por parte del Grupo Financiero Afirme, con lo que la entidad mexicana busca consolidarse en el sistema, donde hoy ocupa el noveno sitio. UBS, por su parte, seguirá en el mercado local, pero con su casa de bolsa.
“La adquisición fue a través de lo que es la concesión de banco que pertenecía a UBS Bank como tal, a UBS lo venden prácticamente vacío, sin clientes, sin activos, sin sistemas. De tal manera que lo que nosotros estamos adquiriendo es la concesión y un capital contable que está representado por efectivo”, explicó el lunes a El Economista Federico Valenzuela, director de banca de inversión de Afirme.
Una transacción similar es el proceso vigente de adquisición de los activos del negocio fiduciario del Deutsche Bank por parte del mexicano Investa Bank, ahora Accendo Banco. Este anuncio se hizo en octubre del 2016, pero tras un proceso de reestructuración de la entidad azteca, aún no se tiene el aval de las autoridades, lo cual se espera que también quede concretado estos días o semanas.
De igual forma, está pendiente la autorización para que el mexicano Ve por Más se quede con el que se denominaba el primer banco totalmente digital, también mexicano, Bankaool, que al mismo tiempo provenía de una sofom. Esta operación se dio a conocer desde hace un año, pero las autoridades financieras tampoco han dado luz verde a la transacción.
Llama la atención que en estas operaciones están siendo protagonistas grupos financieros mexicanos y no internacionales.
De manera extraoficial, se sabe que otro banco de los llamados nuevos, el Banco Inmobiliario Mexicano, ha indicado su proceso para venderse a otra entidad financiera. Se dice que, en este caso, hay varios interesados.
Para Jorge Sánchez, director del programa de investigación aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), las fusiones y compras que se están llevando a cabo dentro del sistema bancario son parte de la dinámica del mercado, sobre todo porque los bancos chicos o de nicho pueden buscar alianzas que les permitan competir con los grandes.
El especialista explica que, ante la eliminación de la Ley Dodd-Frank en Estados Unidos, que se busca desregular el sistema bancario de ese país, en México uno de los retos para la próxima administración será justamente cómo tener una mejor regulación financiera a nivel local.
“(Se requiere) una regulación que permita reducir los costos regulatorios para tener mejor competencia entre los bancos, en especial los bancos de nicho o chicos, que necesitan tener una regulación menos costosa para que puedan competir mejor”, dijo.
Bancos de los grandes, como BBVA Bancomer, se han pronunciado a favor de que en el mediano plazo se dé una consolidación del sistema bancario mexicano, dado que algunos de los pequeños y de reciente creación no han dado los resultados esperados por los accionistas. Incluso esta institución con casa matriz en España aseguró que le gustaría, de ser posible, comprar otro banco que vaya a tono con su línea de negocio.