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Sector Financiero

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Europa busca facilitar el desagüe de activos tóxicos

La Autoridad Bancaria Europea decidirá la nueva regulación; créditos morosos, los mayores obstáculos.

Foto: Shutterstock

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La regulación poscrisis financiera mundial ha ido paso a paso intentando tapar las hemorragias más apremiantes de la banca. Primero fue el refuerzo del capital con la exigencia de mayores niveles de solvencia y luego llegaron los llamamientos a la construcción de un escudo protector capaz de resucitar a los bancos (o reducir el costo de su defunción) a través de la llamada deuda con capacidad de absorber pérdidas.

Ahora, lo que está en la primera línea de preocupación son los activos tóxicos que acumulan las entidades, ya sea en forma de créditos morosos procedentes del ladrillo, de empresas, las pequeñas y medianas empresas (pymes) o particulares y que ya han sido los responsables de varios fallecimientos bancarios, el de Popular entre ellos.

“El stock de créditos morosos sigue siendo uno de los obstáculos más relevantes para el buen funcionamiento del préstamo de las entidades en varias jurisdicciones europeas, así como un lastre para la rentabilidad de los bancos que, en determinados casos, se convierte en una amenaza para su viabilidad”. El resumen de la situación es de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por su sigla en inglés), a quien la Comisión Europea ha apelado en busca de ayuda para identificar fórmulas que reduzcan el fardo que carga la banca.

Una de las vías que están sobre la mesa es la titulización, el empaquetamiento de estos créditos en un vehículo para ser vendido a los inversionistas.

“La titulización es una de las rutas viables con las que el sector bancario europeo puede afrontar la resolución de los préstamos morosos”, explica la EBA.

El problema es que la titulización no es el mercado más boyante en estos momentos. No lo es para los préstamos al corriente de pago y menos para los créditos en mora.

NUEVAS REGLAS

La Comisión Europea y la EBA son conscientes de ello. Y también de que son las reglas que se han impuesto después de la crisis las que han provocado el retraimiento del mercado de titulizaciones. Al fin y al cabo, fueron las hipotecas subprime contenidas en miles de titulizaciones las que detonaron  crisis y la regulación ha tratado desde entonces de evitar que nada parecido se repita.

Para ello, se ha impuesto a los bancos un recorte tanto del capital como del riesgo que pueden liberar los bancos a través de las titulizaciones. Sin esos alicientes, la titulización ha perdido atractivo y más cuando de lo que se trata es de vender préstamos morosos, que tendrán que llevar asociados un fuerte descuento.

La EBA ha recurrido a los bancos para salir del atolladero. El regulador bancario europeo está valorando la posibilidad de crear para las titulizaciones de créditos morosos un marco distinto del que regirá para las titulizaciones más tradicionales.

Lo hizo en una consulta pública que no puede dejar más libertad a los bancos para proponer sus propias soluciones. “¿Qué condiciones o iniciativas podrían facilitar el buen funcionamiento del mercado de titulizaciones de préstamos morosos?”, es una de las preguntas que hace la EBA, que también pide opinión sobre posibles cambios en el nivel de transferencia de riesgo.

La realidad es que la titulización de créditos morosos no es una novedad: se utilizó para desaguar los balances de los bancos antes de la crisis. A partir de ahí, y durante casi 10 años, el mercado se secó.

Según los datos de la EBA, en el 2016 y el 2017 han vuelto a verse algunas operaciones, tanto en transacciones privadas como públicas. Sin embargo, la mayoría de estas titulizaciones no ha sido de préstamos morosos, sino de carteras que lo fueron pero que se venden cuando los créditos se han renegociado y vuelven a estar al corriente.

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