Formaliza supervisión financiera estricta

La creación del Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero, que ayer inició formalmente sus trabajos con el anuncio oficial en Los Pinos, alinea a México en el cerco que pretenden levantar los países del G-20 a una nueva crisis global tan profunda como la que se presentó en el 2008, coinciden analistas.

Pero en el caso mexicano no había necesidad de institucionalizar una supervisión financiera estricta que a diferencia de Estados Unidos, Canadá o Europa sí teníamos desde antes, acota César Castro, director de la consultoría CAPEM Oxford.

Por su parte, Sergio Raimond Kedhilac, director de Entorno Económico en el Instituto Panamericano de Administración de Empresas (IPADE),­ destaca que si ya se dio el paso de formalizar una práctica que es común entre las autoridades financieras del país, valdría la pena verificar que no se quede en letra muerta el decreto de coordinación y detección temprana de problemas.

Refiere que aprovechando el nacimiento del Consejo valdría la pena otorgarle nuevas atribuciones que pudieran garantizar la estabilidad financiera.

Podrían fijar límites al apalancamiento de los bancos, demandar una protección de los ahorros que administran las entidades financieras y cerrar el GAP entre la tasa activa y pasiva de los financiamientos.

Difusión de diagnósticos

El experto del IPADE considera que la difusión de los diagnósticos que pudieran realizar en el seno del Consejo podrían sustituir los análisis de las agencias calificadoras y tendrían mayor certidumbre.

Para el directivo de CAPEM, la creación de los consejos de estabilidad financiera entre los países del G-20 tiene por objetivo garantizar una supervisión estricta de los jugadores del sistema financiero en las 20 economías más relevantes para el mercado mundial.

Pero en el caso mexicano, la sugerencia tendría que adaptarse a las características del país. Si con la crisis se vio que no se presentó un fallo de supervisión financiera, habría que inclinar los cambios a una mayor regulación sobre las instituciones de origen internacional, sugiere, para que no se lleven los ahorros de los mexicanos al fondeo de sus matrices en problemas.

ymorales@eleconomista.com.mx