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PND plantea más inclusión financiera y pagos por la vía digital
Se admite la falta de financiamiento que han tenido las mipymes.
En el Plan Nacional de Desarrollo (PND) se contempla que en el actual sexenio se logre una mayor inclusión financiera, sobre todo en comunidades marginadas, para lo cual se echará mano de más competencia y el uso de nuevas tecnologías. De igual forma, se plantea un impulso más intenso a los pagos electrónicos para combatir problemas como el uso del efectivo y la corrupción.
De esta manera, uno de los objetivos que se establecen en el documento en materia del sistema financiero es profundizar la inclusión de todas las personas, priorizando a los grupos históricamente discriminados o en territorios con alta marginación, pero preservando la solvencia y estabilidad del sistema.
De acuerdo con el PND en su capítulo de desarrollo económico, hoy las personas incluidas (adultos) en el sistema financiero formal representan 43%, y la meta para el 2024 es que la cifra suba a 50 por ciento.
Otro de los objetivos en este campo que se establecen en el PND es promover el uso de transacciones electrónicas a través de sistemas de pagos seguros, con mayor cobertura territorial y con condiciones de accesibilidad para toda la población, atendiendo la brecha digital por sexo y edad, así como el acceso a las tecnologías de la información y comunicación de pueblos indígenas y comunidades marginadas.
Hoy la plataforma de pagos electrónicos CoDi, que permitirá que cualquier persona con un celular inteligente con datos y asociado a una cuenta básica bancaria pueda pagar sin usar efectivo, está en su etapa inicial de pruebas piloto, y a finales de año empezará con su democratización.
Aquí, la meta es que el uso de los medios de pago electrónico como proporción del PIB sea de 25%, cuando hoy es de 18.6 por ciento.
Educación y mayor competencia
También se plantea fortalecer el conocimiento en materia financiera de la población, particularmente mediante la educación financiera incluyente.
De igual forma, se establece fortalecer la oferta de financiamiento y servicios complementarios en condiciones accesibles y favorables, particularmente a las personas emprendedoras, las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), el sector rural y las empresas y organismos del sector social de la economía, y ampliar el acceso de las empresas al financiamiento y a los mercados de crédito y de capital a través de los mercados de valores, así como facilitar el financiamiento transparente al desarrollo de infraestructura estratégica, resiliente, accesible y sostenible, que propicie el bienestar de la población y la sostenibilidad del territorio; promover la competencia e innovación en el sistema financiero; favorecer la entrada de nuevos participantes salvaguardando la estabilidad del sistema financiero, y mejorar la cobertura, suficiencia, transparencia y sostenibilidad financiera del sistema de pensiones.
México, con sistema reducido y concentrado
El PND, presentado en días pasados, destaca que en la asignación de recursos juega un papel muy importante el sistema financiero. Sin embargo, en México tiene un tamaño muy reducido cuando se compara con el de países con un desarrollo similar, además de que está muy concentrado y tiene un nivel bajo de inclusión financiera para segmentos importantes de la población, principalmente rural y de bajos ingresos.
Asimismo, resalta que el acceso al crédito formal a las mipymes es muy bajo: “Las políticas del gobierno fomentarán el acceso a servicios financieros y al crédito de la población actualmente desatendida por este sector, tanto a través de la banca de desarrollo como del uso de tecnologías que faciliten el proceso de bancarización”.
Precisa que, de acuerdo con el Banco Mundial, en el 2017 el crédito interno al sector privado representó 36% del PIB, que se compara negativamente con otros países de Latinoamérica como Brasil (60%), Chile (113%) y Colombia (49 por ciento).
Adicionalmente, de acuerdo con el Inegi, México tiene una baja inclusión financiera, con una proporción importante de la población sin acceso a servicios. “En el 2018, 32% de la población adulta no contaba con ningún producto financiero y solamente 47% tenía una cuenta de banco”, comunica.
Refiere que la exclusión del sistema financiero es particularmente acentuada para la población con menores ingresos y que se presentan importantes disparidades de género y entre las regiones: “La proporción de mujeres en México que no contaron con ningún producto financiero en el 2018 fue 35% y la de hombres fue 28 por ciento. Por otra parte, mientras que 40% de la población adulta en la región sureste no tuvo acceso a los servicios financieros, en la región noroeste esta proporción fue sólo 18 por ciento”.
El documento señala que el problema de acceso está relacionado con la falta de infraestructura financiera, pues según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, 49% de los municipios del país no contaba con sucursales bancarias y 22% no tenía ningún canal de acceso al sistema financiero en el 2018.
“La infraestructura bancaria se concentra de manera importante en poblaciones urbanas. La relación entre disparidades regionales, pobreza y falta de infraestructura bancaria se retroalimentan, ya que los municipios no atendidos tienden a tener mayores niveles de pobreza y resulta poco rentable para los bancos el establecimiento de sucursales en esos municipios”, añade.