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Tecnología, datos y su nueva función social

¿Por qué los investigadores de Microsoft analizarían la actividad de Twitter durante fenómenos sociales como la Primavera Árabe en Egipto, Occupy Wall Street en Estados Unidos, o durante la guerra contra el narcotráfico en México?

¿Por qué los investigadores de Microsoft analizarían la actividad de Twitter durante fenómenos sociales como la Primavera Árabe en Egipto, Occupy Wall Street en Estados Unidos, o durante la guerra contra el narcotráfico en México?

Porque Twitter ha sido una de las compañías que ha tenido mucha influencia en este tipo de fenómenos sociales, y este fenómeno va a ser parte esencial del modelo de negocio , dice Andrés Monroy-Hernández, investigador en los laboratorios de Microsoft Research.

En apariencia, una empresa tecnológica, desarrolladora de software, equipo de cómputo y productos digitales como Microsoft no estaría relacionada directamente con estos fenómenos. Pero al observar más a fondo, la hipótesis cambia.

Monroy-Hernández realizó junto con un equipo de investigadores de Microsoft una investigación que llamó NarcoTweetas donde analizó la actividad de los usuarios de Twitter en Monterrey, Reynosa, Saltillo y Veracruz durante la guerra del narcotráfico .

Una de las conclusiones fue que estas redes sociales se convierten en medios alternativos y de organización social ante la censura de los medios tradicionales como la prensa.

¿De qué le sirve a empresas como Microsoft conocer este tipo de información? Representa una oportunidad para crear soluciones o alternativas a los problemas sociales utilizando a la tecnología como un aliado, explica el investigador.

Microsoft podría sofisticar su buscador Bing para que, en casos de contingencias ambientales o de estallido social, sea capaz de proporcionar información en tiempo real a los usuarios sobre los lugares cercanos donde pueda recibir ayuda y servir como un canal de comunicación alternativo.

Las tecnologías no son neutrales, los algoritmos tienen implicaciones cívicas, sociales y políticas, y como tecnólogos debemos de asumir la responsabilidad y tomar decisiones basadas en los datos y análisis sistemáticos de cómo mejorar la sociedad en diferentes ángulos: educación, violencia y necesidades de información , agrega

Nuestro rol es convencer a diversas partes de Microsoft que este tipo de investigación es importante y en el futuro va a ser más importante de lo que es hoy .

Pero la tecnología no necesariamente debe ser reactiva a condiciones poco favorables para la sociedad. También pueden ser un aliado para ser vehículos forjadores de políticas públicas, dice Alejandro Maza, cofundador de OPI.

OPI es un emprendimiento social que utiliza las tecnologías para promover la participación ciudadana que va más allá de consultas en portales en línea. OPI recoge testimonios sobre necesidades sociales a través de videos grabados desde tabletas, mensajes escritos y redes sociales, y los analiza a través de algoritmos con tecnología semántica.

En este proceso también se gana la confianza de la población al acercarse directamente con la población utilizando esta tecnología.

La idea es conocer qué necesidades tiene la población para que el gobierno desarrolle políticas públicas mediante este análisis. Los resultados de las consultas se hacen públicos.

El análisis de la información a profundidad abre posibilidades de resolver a fondo problemas como drogadicción o violencia al conocer el verdadero origen de estas problemáticas, asegura Maza.

Y esta es su visión sobre la tecnología como factor de cambio social: que ayude a identificar el verdadero origen de los problemas, y no sea sólo un paliativo superficial para necesidades que tienen raíces más a fondo.

julio.sanchez@eleconomista.mx

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