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Opinión

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Subsidios a gasolina y alza de tasas: rinocerontes grises a la vista

An employee holds the nozzle of a fuel pump at a Pemex gas station in Mexico City, Mexico February 8, 2018. REUTERS/Edgard Garrido

An employee holds the nozzle of a fuel pump at a Pemex gas station in Mexico City, Mexico February 8, 2018. REUTERS/Edgard GarridoREUTERS, X01998

¿Podrá mantener el gobierno de López Obrador el equilibrio de las finanzas públicas en el 2022? La duda tiene lugar porque los platillos de la balanza se están desacomodando. Tendremos mayores costos de servicio de la deuda pública por las fuertes alzas en las tasas de interés, las de la Fed y las del Banco de México; habrá también presión al gasto público por el subsidio a las gasolinas y por el incremento general de costos asociados a la inflación.

Como cereza del pastel, la recaudación de impuestos enfrenta un escenario complicado, entre otras cosas por el ajuste en los pronósticos de crecimiento económico. Los ingresos tributarios crecieron de 3 billones en 2018 a 3.5 billones en 2021, a pesar de que la economía no creció. El equipo del SAT, que encabeza Raquel Buenrostro, ha hecho una labor muy eficiente, pero será difícil mantener el ritmo en 2022.

Tormenta perfecta, le llaman a este tipo de situaciones en las que una rara confluencia de circunstancias agrava dramáticamente la situación. El hecho es que está en jaque uno de los pilares de estabilidad macroeconómica de la administración de AMLO. En muchas cosas ha sido impredecible y heterodoxo, pero en la atención al equilibrio de las finanzas públicas ha sido tan ortodoxo como Ernesto Zedillo y mucho más riguroso que Carlos Salinas. Este logro es algo que las agencias calificadoras valoran muchísimo en el momento de otorgar el rating o calificación a la deuda de un país. Es uno de los factores que explican la fortaleza relativa del peso frente al dólar.

¿Por qué hablar de jaque, si el precio del petróleo está en máximos desde hace 14 años... la mezcla mexicana arriba de 100 dólares por barril? No todo tiene que ver con el oro negro. Hay que considerar que las tasas de interés en Estados Unidos habían estado en cero desde el 2019 y ahora parece que cerrarán el año en 2% por ciento. Esto pondrá al Banxico en una situación de llevar la tasa de referencia a niveles cercanos al 9 por ciento. Estos movimientos pondrán presión al presupuesto. El servicio de la deuda se lleva uno de cada cinco pesos del gasto.

Vamos de regreso a las cuentas del petróleo y las gasolinas. El gobierno dejó de ingresar 104,000 millones de pesos por el estímulo fiscal otorgado a las gasolinas en 2021. En 2022, el gasto podría ser tres o cuatro veces mayor. Las primeras estimaciones no oficiales refieren una cifra de 350,000 millones de pesos. Para ponerlo en perspectiva esto equivale a tres veces lo que se ha gastado en el aeropuerto Felipe Ángeles y alcanzaría para pagar el programa de escuelas de tiempo completo que canceló la SEP por 29 años. No hay que quedarse con la cuenta de 350,000 millones de pesos, porque el número definitivo dependerá de lo que dure la guerra en Ucrania y la reestructura que ocurra en el mercado petrolero.

México tendrá mayores ingresos petroleros, pero también mayores gastos por compra de petrolíferos. En enero fueron 832,000 dólares adicionales diarios por cada dólar que subió el precio del petróleo, porque las exportaciones fueron de 832,000 barriles diarios. En total, en el primer mes del 2022 México obtuvo ingresos petroleros de 2,422 millones de dólares. En contrapartida, hicimos compras al exterior de 4,600 millones de dólares, de productos petrolíferos.

El déficit de 2,178 millones de dólares en enero en la balanza petrolífera es una de varias señales de que México ha dejado de ser una potencia petrolera y ahora es vulnerable en un contexto de altos precios del oro negro. Llegamos a ser uno de los ocho primeros productores del mundo y ahora, difícilmente, alcanzamos el número 15. Somos el productor más pequeño en la región América del Norte porque Estados Unidos y Canadá producen más petróleo que México. Los estadounidenses producen más de 11 millones de barriles al día mientras Canadá está alrededor de 4.6 millones de barriles. México batalla por romper el techo de los 1.7 millones de barriles diarios, muy lejos de los 3.4 millones que se producían en 2004.

Hay rinocerontes grises al acecho. Un rinoceronte gris es un evento que es probable y tendría gran impacto, pero se descarta porque no lo estamos tomando suficientemente en serio. Las finanzas públicas estarán muy presionadas por el alza de tasas y el incremento por los subsidios a la gasolina. No lo compensarán necesariamente los mejores precios del petróleo ni los esfuerzos del SAT. Olvídense de los cisnes negros, cuídense de los rinocerontes.

lmgonzalez@eleconomista.com.mx

Licenciado en Economía por la Universidad de Guadalajara. Estudió el Master de Periodismo en El País, en la Universidad Autónoma de Madrid en 1994, y una especialización en periodismo económico en la Universidad de Columbia en Nueva York. Ha sido reportero, editor de negocios y director editorial del diario PÚBLICO de Guadalajara, y ha trabajado en los periódicos Siglo 21 y Milenio. Se ha especializado en periodismo económico y en periodismo de investigación, y ha realizado estancias profesionales en Cinco Días de Madrid y San Antonio Express News, de San Antonio, Texas.

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